Un murciano que ha cambiado la carretera y los camiones por la formación militar en Kurdistán para combatir contra el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Esta es la historia del hombre anteriormente conocido como Joaquín, que ahora se llama Baran Guivara, y que a mediados del pasado noviembre partió a apoyar la llamada Revolución de Rojava. Según una entrevista que el vecino de Alcantarilla (Murcia) concedió a El Español, el nombre es un homenaje al primer español no yihadista que murió en la región siria de Afrín durante un bombardeo: “Baran significa lluvia; me lo puse en honor al gallego Samuel Prada”.

“Actualmente estoy integrado en las YPG (Unidades de Protección del Pueblo)”, ha dicho este hombre de 45 años al medio digital. “Como voluntario estoy en un proceso de educación militar e ideológica, basado en el conocimiento del confederalismo democrático y la historia del Kurdistán”.

Su formación militar en Kurdistán consiste en clases de kurdo, realizar ejercicios militares y colaborar en labores de construcción y rehabilitación de zonas que pertenecen al YGP y de la región del Kurdistán, lo que coloquialmente se conoce como Rojava.


Joaquín, el camionero murciano. EL ESPAÑOL

Lo que le impulsó a partir fue que, aunque en España llevaba una vida que se podría considerar plena: con trabajo, casa, un buen coche, familia y amigos; sentía una sensación de vacío y quería darle un cambio a su vida que le hiciera sentirse más pleno y feliz. Ese cambio de aires lo encontró en el proyecto de Rojava. Partió de su casa, en Murcia, para “colaborar como voluntario en alguno de los distintos proyectos civiles de Rojav”.

El punto de partida de todo esto fue cuando Baran empezó a intercambiar correos electrónicos con las YPG, conocido también como Unidades de Protección del Pueblo. La conocida como Revolución Rojava tiene como objetivos implantar asambleas populares para la toma de decisiones y difundir ideas feministas en la sociedad.

Toda la entrevista que El Español le ha podido hacer al militar ha sido vía Whatsapp, ya que había muchas dificultades para realizarla por teléfono. Mediante mensajería afirmó, en respuesta a las preguntas sobre cuántos españoles había y en qué zona de Kurdistán estaban, que “no quiero comprometer a ningún compañero. Hay cosas que no puedo comentar por seguridad, tales como mi ubicación exacta o cualquier dato que pueda provocarme represalias tanto judiciales en España como de seguridad, ya que el Daesh está muy atento y mi cabeza tiene un precio”.

El exconductor de camiones ha admitido que este viaje que ha decidido hacer para darle otro sentido a su vida, por el momento, no tiene fecha de vuelta. Dice que allí es feliz, y que el tiempo dirá.