El turno de Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, ha llegado en la última jornada de declaraciones del juicio en el que se le investiga por la filtración del correo electrónico en el que el novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, reconocía que había cometido dos delitos fiscales. Tras casi 30 horas de interrogatorios, García Ortiz ha declarado en la misma línea que lo hizo en la primera sesión del juicio, negando las acusaciones que pesan sobre él y por las que se enfrenta a peticiones de hasta seis años de cárcel. Aunque se ha negado a responder a la acusación, García Ortiz sí ha respondido a la Fiscalía y a su defensa.

El máximo responsable de la Fiscalía, a su vez, ha declarado después de que varios periodistas hayan revelado que conocieron el correo antes que él y sin que aparecieran pruebas de que lo filtrara, y también tras la comparecencia de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que han insistido en apuntar al fiscal general por su “dominio” en la filtración del correo.

En su declaración, García Ortiz ha rechazado responder a las preguntas de las acusaciones atribuyéndoles una “actuación desleal con el tribunal” que enjuicia. En este sentido, el fiscal general se ha referido a “cuatro hitos” que le han llevado a tomar esa decisión. Entre ellos, el hecho de que en la querella del empresario Alberto González Amador que dio origen a la investigación se “omite” el dato de que el correo de la confesión del empresario “se mandó a otras personas de otra institución ajena al proceso” o que otro correo de esa cadena —del 12 de marzo— el perjudicado “se lo entrega a otra persona” para que hiciera un uso “político” del mismo.

Los cuatro apuntes de García Ortiz para no responder a la acusación

En concreto, el fiscal general del Estado ha dado cuatro razones al Tribunal Supremo para acogerse a su derecho a no responder a las acusaciones y, concretamente, al abogado de Alberto González Amador.

La primera, tal como ha expuesto García Ortiz, los letrados de González Amador ocultaron en su denuncia original que el correo filtrado lo habían enviado también a la Abogacía del Estado, lo que multiplica el número de potenciales filtradores.

En segundo lugar, el novio de Ayuso facilitó a Miguel Ángel Rodríguez un correo del fiscal Julián Salto, que usó para difundir una versión tergiversada de las conversaciones entre la defensa del novio de Ayuso y la Fiscalía. Cabe recordar en este punto que fue tras la publicación de este bulo en el diario El Mundo cuando ElPlural.com decidió publicar el contenido del correo electrónico que ya había llegado a la redacción con anteriodidad.

El tercer punto que ha señalado el fiscal destaca que González Amador se reunió con un periodista de El Mundo, una persona ajena al procedimiento. Y, por último, García Ortiz ha insistido en que González Amador ha renunciado a la responsabilidad subsidiaria del Estado, por lo que, según ha señalado, esto demuestra que su único objetivo es ir contra él.

Todo ello ha sido lo que ha llevado al máximo responsable de la Fiscalía a pensar que en la acusación “hay una actuación desleal con el tribunal” y que “no hay una lealtad procesal en la búsqueda de la verdad”.

Borrado sistemático de su teléfono

En otro orden de cosas, el fiscal general del Estado ha reiterado que borra sus mensajes de WhatsApp de manera “sistemática” por razones de seguridad, porque no es el dueño de esos datos, sino solo su “custodio” porque afectan a terceras personas.

Al hilo, García Ortiz ha defendido que “esta eliminación de datos es preceptiva” porque si su teléfono móvil “acaba en manos de terceras personas” está poniendo “en peligro a terceras personas de un país”. Así, ha puesto como ejemplo situaciones como si deja el terminar “encima de una mesa”, se lo roban o se lo hackean.

“Hago borrados sistemáticos. No dejo que permanezca más de un mes en mi WhatsApp la información”, ha precisado. Al respecto, ha señalado sobre las acusaciones por haber borrado el teléfono el mismo día que fue procesado -el 16 de octubre- que seguramente los supuestos mensajes de los días clave de la presunta filtración -del 8 al 14 de marzo, no estaban en su teléfono desde hacía meses.

“Lo primero es que yo no estoy seguro de que sea ese borrado (...) Lo que estoy seguro es que en ese momento, ni el mes anterior ni el anterior, existían los 'whatsapp' que se supone que son objeto de esta causa”, ha sostenido.

Actuación tras conocer el bulo de Miguel Ángel Rodríguez

A lo largo de su declaración, el fiscal general ha relatado cómo conoció el bulo difundido por Miguel Ángel Rodríguez y qué se hizo tras su conocimiento. “La fiscal superior de la Comunidad de Madrid me manifiesta una inquietud sobre un hecho que le acaba de comentar su director de comunicación. Miguel Ángel Rodríguez está distribuyendo whatsapps en los que dice que la Fiscalía le ha ofrecido un pacto a la pareja de Ayuso y que ese pacto ha sido retirado por órdenes de arriba. Y añade algo así como ‘todo turbio’”, ha explicado.

En el mismo sentido, ha añadido que en un primer momento pensó que esa información la iba a publicar El País, aunque tras contactar con el medio descubren que no era así. Entonces, acordaron estar atentos a cómo evolucionase la situación: “El jefe de gabinete de Ayuso es una fuente oficial y es una persona relevante, entonces, tenemos que estar pendientes de eso”, dijeron en la conversación.

Tras la publicación de la noticia que contenía el bulo difundido por el jefe de gabinete de Ayuso, el fiscal general ha detallado cómo ésta influyó en su actuación para desmentirlo: “La noticia es extravagante. Es extravagante que un fiscal pueda ofrecer un pacto. Da la sensación de que el señor González Amador es especial, en el sentido de que es la pareja de Ayuso. Es un elemento extraño. En la tertulia se empieza a poner de manifiesto que si es un señuelo del Gobierno, que si es una manipulación… están lanzando la idea de que hay un señuelo de la Fiscalía para que 'pique' el novio de Ayuso”.

Después, García Ortiz ha declarado que el bulo difundido por Rodríguez tenía tres objetivos, destacando que buscaba “decir que la Fiscalía está proponiendo el pacto y que lo retira”: “No es un pequeño detalle que un fiscal ofrezca un pacto. Como eso puede ser verosímil, hace que la opinión pública pueda hacerse una idea deformada de lo que pasa. Las consecuencias son evidentes. Convenimos en que tenemos que hacer una nota de prensa, estábamos convencidos de que había que dar una respuesta institucional”.

“La decisión de hacer la nota viene de atrás, la nota hay que hacerla, es respuesta institucional de la Fiscalía española contra informaciones que ponen en cuestión el trabajo de los fiscales. Ese es el espíritu de la nota. Contamos todo el íter procesal. No me cabe duda de que la nota la estamos haciendo nosotros. Equipo llámenlo cómo quieran. El fiscal general con su jefa de Comunicación. No hubo duda de quién lo tenía que hacer, no hubo borrador de la Fiscalía de Madrid. Éramos nosotros quienes estábamos haciendo la nota de prensa”, ha detallado.

En la misma línea, ha añadido que lo que hicieron fue colocar los emails después de que hubieran sido revelados a la opinión pública: “Es cierto que había dos correos en la opinión pública y quedaba coja la nota sin los entrecomillados. Los incluimos cuando ya estaban revelados. Una cronología no se puede hacer si te saltas un correo. Si no ponemos todo, habría sombra de duda”.

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