La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha emitido un lapidario informe sobre la presunta repatriación y blanqueo de los fondos procedentes de mordidas del expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana, tal y como ha informado en exclusiva ElPlural.com. En ese informe, además de la explicación general, se entra al detalle como, por ejemplo, la compra de un piso en el exclusivo barrio de Salamanca. Pero también se describe la adquisición de otros enseres de lujo, como un reloj de 20.000 euros o un barco, bautizado como Loix, y valorado en medio millón de euros, de los que 114.905 euros los habría pagado el exministro de Aznar.

Según explican los agentes de la UCO en su informe, al contrario que en casos anteriores, donde eran las presuntas empresas interpuestas las que abonaban el dinero de las compras, en este caso la adquisición se hizo a través de préstamos desde Medlevante. Esos ‘créditos’ se concedían a terceros, principalmente al presunto testaferro de Zaplana, Joaquín Barceló.

En los papeles incautados consta que el precio del barco era de casi medio millón de euros, y que la adquisición se hacía por parte de ocho personas entre las que estaba no solo Zaplana, también Barceló o su secretario personal, Gregorio Fideo. Sobre los porcentajes de cada uno de los compradores, solo hay dos versiones para el caso de Zaplana y Barceló. Una primera versión donde cada uno de ellos se queda con un 13 por ciento, es decir, 64.782 euros por cabeza; y una segunda donde Barceló tiene el 20 y Zaplana el 6, asumiendo así parte de porcentaje del expresidente, lo que deja 29.899 euros a Zaplana y 99.666 a Barceló. Fue esta segunda opción la que finalmente se materializó.

Lo más llamativo del caso es la declaración del patrón de esta embarcación. Este afirmó que de los ocho compradores, cuatro “nunca” pisaron el barco. Un quinto era él, y que los otros tres solo iban al barco si Zaplana estaba a bordo. Es decir, que el dueño con menor porcentaje era quien siempre navegaba con el Loix.

Quiso comprar

Es más, Zaplana intentó comprar el porcentaje del resto de socios, aunque finalmente desistió. Se llegó a hacer un documento por parte de la naviera propietaria en el que a Zaplana se le describe como “el jefe”. El barco fue vendido en 2016 por 190.000 euros.

Dentro de la venta de esta embarcación hay un parte que es, cuanto menos, marciana. El barco se vende en 2016, pero uno de los dueños, Gregorio Fideo, que tenía el 13 por ciento, había fallecido en 2014. Así, se hizo un documento por el que otro de los dueños, Francisco Pérez, se quedaba con la parte proporcional del dinero de Fideo por los préstamos que presuntamente le había ido haciendo esos años.

Sin embargo, el análisis de los metadatos del citado documento, que va firmado por Fideo, expone que se realizó con posterioridad al fallecimiento del que fuera secretario personal de Zaplana. Es más, hay un correo electrónico de la secretaria del expresidente valenciano enviando una copia del DNI del fallecido donde aparece su firma. Y a todo eso hay que añadir la existencia de un primer borrador, no firmado, donde la presunta deuda de Fideo no era con Pérez sino con Zaplana.

El reloj

Como ya se ha dicho con anterioridad, el expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Aznar, Eduardo Zaplana, es un hombre de gustos exquisito. A su piso en pleno barrio de Salamanca y al barco, hay que sumar la compra de un reloj de la marca Jaeger-Lecoultre, modelo Doumètre, de 20.000 euros, que fue abonado con un cheque al portador de la presunta empresa interpuesta Costera del Glorio. La boutique madrileña en la que fue adquirido el reloj hizo una factura con el concepto “regalo de empresa”.

Según el informe de la Guardia Civil, pese a la apariencia de legalidad de la compra, “el usuario de este reloj, y beneficiario final de la compra, habría sido Eduardo Zaplana”.