Ejemplarizante sentencia la acordada por la magistrada titular del Juzgado de lo Penal de Soria, que ha condenado un año de cárcel y tres de alejamiento de su esposa al hombre que propinó una bofetada a su mujer en TikTok mientras ella emitía en directo a través de la red social.

La jueza impone la pena en su grado máximo, la solicitada por la Fiscalía, considerando al agresor autor de un delito de malos tratos en el ámbito de la violencia contra la mujer, y recuerda que “en los delitos de violencia de género no es necesaria la denuncia de la víctima, debiéndose castigar una vez que se tiene conocimiento de su comisión”.

El Juzgado acuerda, por tanto, prisión, y prohíbe, además, al hombre acercarse durante tres años a menos de 300 metros de la persona, domicilio y lugar de trabajo de la víctima y de comunicar con ella por cualquier medio o procedimiento, directo o indirecto; y otros tres años de privación del derecho de tenencia y porte de armas.

La magistrada estima, según la sentencia hecha pública este lunes por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, una vez valorada la prueba en su conjunto, que “el acusado, de una manera pública y notoria, ante miles de personas, agredió a su esposa, con intención de menoscabar su integridad física y de humillarla en público, sin que conste que le causara lesiones, si bien se produjo un maltrato evidente y real, con lo cual se cumplen todos los requisitos previstos en el art. 153.1 del Código Penal”.

Consentimiento “irrelevante”

En la sentencia, la magistrada aclara que “Basta con el simple hecho de la retransmisión en directo de la bofetada para que los poderes públicos desplieguen el ámbito de protección de la víctima, con independencia de que ella se reconozca como tal”.

Afirma, igualmente, que “tampoco es justificación de la agresión, ni supone que no sea castigada, el hecho de que la víctima consienta y justifique la bofetada”. “En los delitos de violencia contra la mujer, como en todos los delitos de lesiones graves, el consentimiento de la persona agredida es irrelevante y procede el castigo en todos los casos”, explica.

Exposición de la dominación

En la graduación de la pena, la magistrada ha tenido en consideración que el hombre “golpeó a la víctima en público, ante miles de personas, con la finalidad, además de causarle un maltrato físico, de humillarla y menospreciarla ante sus amigos y conocidos; impuso su dominación sobre su esposa ante las redes sociales, sin que el hecho de que estuviera en directo le hiciera detener su agresión; se sintió ofendido por lo que le habían dicho a su esposa y reaccionó agrediéndola en público”.

La sentencia considera la pena en su grado máximo, señalando que “Esta conducta merece el mayor reproche penal que permite la ley, merece que se imponga la pena en su grado máximo, ya que el acusado no es capaz de respetar a su esposa, ni siquiera en público. Además, al parecer, esta conducta ya ha sido repetida en ocasiones anteriores, ya que la víctima reconoce que, con anterioridad a estos hechos, ha recibido dos palizas”, concluye.

Mujer sometida

Los hechos tuvieron lugar el pasado 28 de enero, mientras la víctima mantenía un directo en conversación con varios jóvenes, momento en el que el ahora condenado entró en escena, abofeteando a su mujer.

El vídeo de TikTok se viralizó, de forma que llegó a tener una relevante repercusión mediática a nivel nacional, y dio lugar a un juicio que quedó visto para sentencia el pasado día 22.

A pesar de que tanto uno como otro negaron los malos tratos, aduciendo que se trataba de una broma, y una estrategia para incrementar su número de seguidores en la red social, e incluso, acudieron a la policía para denunciar el supuesto acoso que estaban sufriendo a través de las propias redes sociales, la Fiscalía defendió que era notorio que ella estaba sometida por su marido.

Por otro lado, constaban declaraciones de ella en otras intervenciones públicas ante sus seguidores en las que reconocía haber sufrido peleas, e incluso palizas por parte de su pareja en ocasiones anteriores en las que había sido necesaria la intervención de la policía.