El empresario Alberto González Amador y pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha acudido este viernes a declarar en calidad de testigo al Tribunal Supremo en la causa que investiga la presunta filtración de un correo electrónico por parte del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. La causa que dirige el magistrado Ángel Hurtado busca averiguar si se produjo o no un delito de revelación de secretos al difundir este mail. El contenido de este correo se trata de un acuerdo de conformidad entre el abogado defensor de González Amador en ese momento, Carlos Neira, con el Ministerio Fiscal con el fin de rebajar la pena de prisión si el empresario reconocía el delito de malversación de fondos.

Durante su declaración este viernes el Tribunal Supremo, González Amador ha afirmado ante el juez que la filtración a la prensa de este mail ha supuesto “un destrozo” en su vida personal. La pareja de la presidenta Díaz Ayuso ha alegado esta filtración ha resultado en la perdida de contratos con clientes que tenía desde hace 15 años, o que no le llamen para dar cursos que impartía desee hace más de una década.

Parece que ser que el empresario busca de alguna manera convertirse en una víctima. Recordamos que la apertura de la causa por esta filtración se produce simultáneamente a una investigación paralela por múltiples presuntos delitos que ha cometido González Amador, entre ellos el de fraude fiscal que confiesa en ese correo enviado por su abogado al Ministerio Fiscal.

La denuncia contra el fiscal general forma parte de la estrategia que el equipo de la lideresa madrileña está llevan do a cabo para tratar de alejar el foco mediático de la causa que investiga los delitos de su pareja. Cuando González Amador habla de “destrozo” trata de situarse como la víctima con el fin de que se olvide el escándalo que supone su confesión por fraude fiscal. La presidenta Díaz Ayuso ha tratado también de quitarle peso al asunto —no con mucho éxito—, declarando en numerosas ocasiones que la investigación contra su pareja es una forma de ataque hacia su figura con el fin de desprestigiarla. De esta manera, Ayuso ha señalado que los delitos de los que se acusan al empresario se pueden resolver con el pago de una simple multa.

Lo cierto es que este asunto tiene más peso del que los implicados quieren hacer parecer. En su confesión, González Amador sostiene haber sido culpable del fraude de 350.000 euros, dinero que ha podido ser empleado en los pagos del alquiler del ático en el que convive junto a la líder del PP madrileño. Además, el jefe de gabinete de la presidenta Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, también fue uno de los responsables en la filtración de este correo electrónico del que ahora se acusa al fiscal general del Estado.

En su declaración más reciente en el alto tribunal, González Amador ha explicado al juez Hurtado que Carlos Neira envió una copia del mail a Miguel Ángel Rodríguez, pero no para que lo filtrara, sino que, según sostiene el empresario, Neira le dijo “haz lo que veas”.

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