La atención de personas mayores o dependientes es un sector ocupado en su mayor parte por mujeres. Sin embargo, hay personas que están rompiendo barreras.  Miguel Ángel Martín ha convertido su vocación de ayudar a los demás en su profesión. Trabaja en el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Nerja, una prestación pública que gestiona la empresa Clece para el municipio malagueño. Lleva allí seis años y fue pionero en este servicio. “La inmensa mayoría de sus compañeras son mujeres. Solo hay otro hombre de forma permanente de un total de 40 personas y contamos con un tercero para sustituciones”, nos explica María Castellanos, coordinadora del SAD. “Aunque es enriquecedor que haya hombres en un trabajo tan feminizado como este, como también lo es que haya gente de distintas edades, lo verdaderamente importante es la profesionalidad”, matiza.

Rompiendo barreras

El porcentaje de hombres en el ámbito de los cuidados es mínimo. El propio Miguel Ángel tuvo que sufrir las bromas de sus amigos del pueblo cuando decidió que iba a trabajar en la asistencia de personas mayores y dependientes.

Miguel Ángel, de 32 años, tenía apenas 24 cuando decidió dedicar su vida profesional al cuidado de los demás. Estaba en paro y el Ayuntamiento le ofreció hacer unos cursos de formación. Las opciones eran jardinería, guía turístico o ayuda a domicilio. No dudó en su elección: “Mi padre falleció cuando yo tenía 10 años y mi madre lo pasó bastante mal. En ese momento pensé que el curso me iba a dar la oportunidad de ayudar a otras personas que pudieran encontrarse tan solos como mi madre”.

"Cada día aprendes una cosa nueva”

Ocho años después está completamente integrado en Clece, ayudando a otras personas. Tiene a su cargo a cinco mujeres y un hombre. “Te tiene que gustar este trabajo porque en algunos aspectos es bastante duro, pero también muy enriquecedor. Cada día aprendes una cosa nueva”, explica.

Las personas mayores o con discapacidad constituyen uno de los colectivos más vulnerables. Muchos de ellos necesitan servicios y cuidados muy específicos para poder mantener su calidad de vida. La atención que les prestan los auxiliares del Servicio de Ayuda a Domicilio es muy diversa: les ayudan en su aseo personal, la limpieza del hogar, la compra o la cocina, controlan su medicación y se la suministran si es necesario, además de proporcionarles compañía.

Clece presta el Servicio de la Ayuda a Domicilio a más de 86.000 personas de toda España. Para ello cuenta con personal dotado de formación para lograr el mejor desempeño y ofrecer una atención de calidad.