Este viernes se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad degenerativa de la que todavía no hay cura.

En España, la inmensa mayoría de las personas con Alzheimer están al cuidado de sus familiares. A medida que avanza la enfermedad, la dependencia va en aumento. Tras el diagnóstico, uno de los primeros pasos que deben dar es dirigirse al trabajador social que le corresponda, figura que depende de los ayuntamientos, para tramitar el reconocimiento de la situación de dependencia del enfermo, vital para poder acceder a los servicios públicos de ayuda. “Es importante no aplazar el encuentro con el trabajador social ya que los plazos para que concedan un recurso público se suelen demorar en el tiempo”, recomienda Lydia Espada, terapeuta social del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía de la Comunidad de Madrid, gestionado por Clece y referente mundial en el tratamiento de esta enfermedad.

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En función del grado de dependencia y situación familiar, existen diversos tipos de ayuda: servicios de teleasistencia, servicio de Ayuda a Domicilio, servicio de Centro de Día, Respiro Familiar durante los fines de semana y Servicio de Atención residencial. Estos derechos y prestaciones están regulados en la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

Incapacitación legal

Lydia Espada destaca también la necesidad de resolver legalmente la toma de decisiones: “Habría que prestar además atención a los aspectos legales ya que la persona con Alzheimer presentará un deterioro en sus capacidades cognitivas que le impedirá decidir correctamente sobre asuntos importantes que le afecten a su persona y a sus bienes.   Por ello, es necesario que alguien asuma estas responsabilidades a las que el enfermo no puede responder, es en este momento cuando se debe iniciar la incapacitación legal y el nombramiento de un tutor legal y administrador de sus bienes”.

La tramitación de una incapacitación se realiza mediante una declaración judicial de incapacidad, que proporciona el juzgado de tutelas e incapacidades .

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Cuidado al cuidador

El enfermo de Alzheimer no es el único que precisa cuidados. Las personas que le atienden también dado que su tarea requiere un gran esfuerzo tanto físico como emocional.

“Es muy probable que el cuidador necesite apoyo y tenga que aprender a cuidarse. El cuidador debe buscar tiempo para él y debe ser consciente de la necesidad de poner límite a su papel de cuidador a favor de su autocuidado. Para ello puede acudir a programas de cuidado al cuidador, recibir atención psicológica individual, asociaciones, grupos de ayuda mutua o grupos terapéuticos que le serán de gran ayuda para continuar su labor de cuidador minimizando el impacto sobre su salud”.