Yván Pozuelo Andrés, el profesor asturiano conocido por su método de poner una nota del 10 a todos sus alumnos para motivarles y huir de la tiranía de los exámenes, ha sido sancionado por la Consejería de Educación del Principado a ocho meses sin sueldo y sin derecho a trabajar en centros públicos o concertados de España. Casi dos años de investigación resumidos en un expediente de 2.500 páginas del que el docente tendrá que defenderse ahora interponiendo recursos, que ya prepara con su abogado.

Con una licenciatura de Historia por la Sorbona de París y un doctorado por la de Universidad de Oviedo, estuvo aplicando su método 14 años en el Instituto Laboral de Gijón en sus clases de Francés, sin que la dirección le pusiera ningún escollo, con el beneplácito del alumnado y de las familias y las firmas del servicio de inspección. Una sencilla entrevista en la prensa, en diciembre de 2019, con motivo de la publicación de su ensayo ‘¿Negreros o docentes? La rebelión del 10' hizo saltar la alarma de la Consejería de Educación, que le abrió un expediente. 

En aquella entrevista defendía cosas como “eliminar la creencia de que un alumno que no saca buenas notas no llegará a ser buen médico” porque “tenemos obsesión y hemos convertido la enseñanza general en una enseñanza profesional para médicos, ingenieros y profesores” o que “hemos pasado de la letra con sangre entra a la letra con nota entra”. Reflexiones de un profesor que busca enseñar con pasión y que sus alumnos no caigan en la monotonía.

P- Un expediente de casi dos años… ha sido un proceso tortuoso, que tiene que haberle desgastado.

R- Peor se está en Kandahar. Antes ahorraba para poder viajar con mi familia e irnos de vacaciones y ahora tengo que ahorrar para defenderme, para pagar a los abogados que ya son para mí amados…, pero el dinero está muy bien empleado. Tuve un apoyo incondicional de unas colegas en el instituto, jugándose su pellejo, escribiendo cartas a la Consejería, al servicio de inspección. También de mis alumnos y sus familias. Estoy agradecido.

P- Pero la sanción que le han impuesto es muy dura, ocho meses sin sueldo y trabajo

R- Hay penas en juicios penales menores que lo que me imponen a mí. Una pena equivalente a unos 30.000 euros. Algún conductor borracho que atropelló mortalmente no le pasó tanto. Si hubiera sabido que iba a ser tan dura me hubiera animado a hacer realmente algo grave. Es una sanción, creo que, inaudita.

En noviembre pasado entraron a inspeccionar mi aula. Tras cinco meses de pandemia, con semipresencialidad desde hacía un mes, pusieron a mis alumnos un examen que ni en segundo deUniversidad. Eran traducciones inversas directas y un texto complejo y en menos de 45 minutos. Y además, al final, diciéndome que no era una prueba válida para evaluar la competencia lingüística del alumnado. Ha sido un proceso brutal, de acoso y derribo.

La caza sigue. Esperamos a sufrir nuevas actuaciones. Parece que están ociosos. Es cierto que en Asturias no hay problemas en la educación. Les ha molestado hasta que no me haya cogido una baja por la presión psicológica que he sufrido. Conseguí plaza en el verano como profesor asociado en la Universidad de Oviedo para impartir clases, por méritos. Ahora increíblemente dicen que no hay horarios para que yo pueda darlas. A ver cuando le cambian a la universidad la denominación de “universidad” para que esté más acorde a la realidad actual. Asturias es muy pequeña. Es curioso, ¿no?, me sancionan por ser injusto con el reparto de méritos entre mi alumnado, y ellos eliminan a los que tenemos méritos para contratar a otros que no los tienen. Sanción sí, pero lecciones las justas.

Tanta saña ya estuvo bien. A mí nadie me va a quitar mi libertad de expresión, lo tengo claro. Si no están acostumbrados aquí, yo me crié en París y la libertad de expresión es innegociable. Tengo dignidad. Mis padres emigraron a Francia, se sacrificaron para que yo tuviera unos estudios. Volví a mi tierra porque pensé que podría ser útil. Y esto es lo que he tenido. Hay demasiada gente que se ha sacrificado por estos derechos que me quieren quitar desde la administración de Asturias. Ninguna fuerza política ha dicho nada sobre mi caso. Es lamentable.

El profesor Yván Pozuelo en una conferencia en la Universidad de Salamanca

 

P-¿Qué le han reclamado todos esos meses?

R- No han avanzado en nada en estos 22 meses. No han podido encontrar nada. Intentaron callarme y amenazarme. No quisieron tener un debate conmigo ni escucharme. Ellos querían que yo me retractara de lo que dije en la prensa y yo dije que no, que a mí había que explicarme las cosas con respeto. Actúan como si fueran un ente superior, se creen dioses, que pueden pisotear así a un trabajador.

Yo nunca llegué tarde, nunca me olvidé una clase, no dejé de evaluar, no llegué borracho, nunca insulté a nadie. Siempre he trabajado por el bien del instituto. No encontraron ninguna falta para poder castigarme. Todo por poner en práctica un método, un ambiente propicio para el estudio, propicio para aprender. Soy una persona que lleva 20 años siendo profesional de la enseñanza y mi lema es darlo todo. No dejar a ningún alumno en la cuneta, desbloquear a los que están bloqueados, con base a la adquisición de competencias claves.

A mí nunca en el instituto me dijo nunca nada. El servicio de inspección dio el okey a todas mis notas. Llevo 22 meses preguntándome quién me denunció. La respuesta es que no hubo denuncia. Para salvar su propia incompetencia han tenido que montar todo esto y acabar sancionándome.

P- ¿Cuál ha sido la postura del Instituto?

R- La dirección del instituto mantuvo silencio. Podía haberme apoyado. Al final, declararon en mi contra, es más fácil, es lo que trae el poder, sumisión y miedo. Ahora están tranquilos porque ya no estoy allí. He podido trasladarme a la Escuela de Hostelería y Turismo de Gijón. Lo llevaba pidiendo unos 14 años. Estoy muy feliz, pero tengo la sanción.

P- ¿Y qué pasa con las competencias? Las leyes de Educación instan a los profesores a tenerlas en cuenta 

R- La LOE, la Lomce o ahora la Lomloe se basan en la educación inclusiva, en competencias. Pero todo esto es mentira, un timo más para quienes lo hemos creído. Este año se está pidiendo que se haga un esfuerzo para explicar cómo se va a evaluar por competencias. A mí me castigan por ello. Me parecen demasiadas y graves las contradicciones de la administración. Hay profesores que están en contra de evaluar por competencias. También es respetable su postura. Debe haber un debate sobre estas cuestiones. 

La propia administración educativa es la que iguala a todo el alumnado entregándoles el mismo diploma que tengas un 5 o un 10, incluso con suspensos. ¿Entonces? El error no es una penalización, sino un paso para seguir mejorando. ¿Cómo se miden los aciertos, los que sirven para dar una competencia por adquirida? Se sigue trabajando con el 10 por contenidos del siglo XIX.