Juan Abarca Cidón, presidente de HM Hospitales, el tercer grupo hospitalario privado español se ha convertido en protagonista del sector tras su carga de profundidad contra la sanidad pública española en una entrevista publicada en el segundo día del año en el diario ABC. El médico, comunicador y ejecutivo empresarial sostiene que “la sanidad pública ha quedado rota tras la pandemia”.

Sus afirmaciones han creado revuelo y malestar en ámbitos profesionales, que las considera desproporcionadas y poco ajustadas a la realidad por cuanto están realizadas desde la defensa de una visión de la realidad sanitaria del país que ni coincide con los gestores de lo público ni tampoco forma parte de la opinión mayoritaria del ámbito privado.

Abarca ha iniciado en los últimos tiempos una carrera por la notoriedad personal que le lleva a tener una hiperactividad en las redes sociales y a la publicación de artículos en medios de comunicación. Esa pulsión mediática le ha llevado incluso a convertirse en accionista y consejero de El Español. Medios especializados del sector inscriben sus últimas y controvertidas manifestaciones en esa línea de promoción personal, que no siempre coincide con la buena marcha del negocio sanitario familiar, según precisan.

Una de las principales críticas que ha lanzado el galeno contra la sanidad pública española radica en la falta de transición tecnológica. En su opinión, la falta de financiación ha provocado que los grandes avances no hayan llegado aún al sector público, mientras esa misma tecnología “ya está implantada en el sector privado”.

Las características que en su opinión debería reunir un sistema nacional de salud son su carácter accesible, universal y equitativo. Esos valores y condiciones no se cumplen en estos momentos según el criterio de Abarca, quien añade que “cada vez nos alejamos más de ellas”.

Se da la circunstancia de que el grupo que preside es uno de los más activos en la promoción de los seguros médicos privados. Es fácil visualizar en las televisiones campañas de la aseguradora Vivaz que ofrece a los potenciales clientes la atención en los centros de HM. El facultativo insiste en que los usuarios de la sanidad pública española “se hacen pólizas de seguro con muy pocas coberturas a un bajo coste solo para poder acceder a un médico y eso es un desastre para el sector sanitario privado por la masificación”. Una aseveración que contradice de plano las propias campañas publicitarias que Vivaz realiza usando la imagen de HM.

Abarca es, asimismo, presidente de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). Se trata de una entidad constituida en mayo de 2010, que aglutina al sector sanitario privado y que, según reza en su página web, “tiene como finalidad promover la mejora de la salud de los ciudadanos y defender el sistema sanitario español en su conjunto, a través de la puesta en valor de la aportación de la sanidad privada”. Fuentes de esa fundación han sido muy categóricas en criticar las palabras de Abarca en ABC, por cuando consideran que no contribuyen “al debate tranquilo que debería promover la fundación”. En el fondo de esas críticas subyace una sospecha de algunos de los miembros de IDIS sobre los planteamientos futuros de su presidente: “Está claro que se promociona de manera personal porque tiene un interés especial en acabar recalando en la política española. No es tolerable que ponga la organización al servicio de sus intereses particulares”.

Por si todas esas quejas fueran insuficientes, a los rectores políticos de la salud las palabras de Abarca les han sentado muy mal. La proximidad de las elecciones locales y autonómicas del próximo mayo hace que cualquier pronunciamiento de un dirigente sea considerado un ataque a la línea de flotación de las formaciones políticas. Es el caso de la Comunidad de Madrid, donde tanto la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, como su consejero, Enrique Ruiz Escudero, han leído con sorpresa y estupefacción la entrevista con el propietario de HM Hospitales. Sus referencias a las cuestiones sociosanitarias de las residencias de mayores han provocado un malestar “irreparable” al alinear al facultativo con las mismas tesis de Unidas Podemos, según algunos miembros del Ejecutivo madrileño. No son los únicos gobiernos autonómicos molestos: otras regiones han visto en sus palabras una injerencia impropia de quien posee tan amplios intereses en el sector sanitario privado.