De Santo Domingo del Real a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. Este es el viaje que ha hecho la pila bautismal que fue testigo de los bautizos de Felipe VI y sus hijas, tras la fusión del Monasterio con el de Santo Domingo del Real en Segovia, lo que ha provocado su cierre después de 805 años de historia. Después de 400 años, la pila ya convertida en un símbolo clave del Monasterio de Santo Domingo del Real en Madrid y custodiada durante este tiempo por las monjas dominicas, abandona el enclave para fijarse a partir de ahora en la nueva capilla ubicada en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, también en la capital española. A pesar de que su ubicación fija era la del citado Monasterio, en cada bautismo real la pila se trasladaba al palacio correspondiente donde se llevaba a cabo la ceremonia.

No solo ha sido testigo del bautismo del rey y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, sino también de diferentes miembros de la historia de la realeza española. Entre ellos, Carlos II, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII, que recibió el bautismo siendo ya Rey de España. Sin embargo, el actual rey emérito, Juan Carlos I, no pudo recibir el bautismo con esta pila al nacer en el exilio en Roma. Entre otras peculiaridades relacionadas con esta reliquia, en 1927 se trasladó a la capilla del Palacio Real para bautizar a la duquesa de Alba, apadrinada por Alfonso XIII y Victoria Eugenia. 

A partir de ahora, la pila seguirá su legado en la capilla de Nuestra Señora de Atocha, un lugar que también mantiene estrechos lazos con la historia de la monarquía española. Fue en esta Basílica donde Alfonso XII y su segunda esposa, María de las Mercedes de Orleans, contrajeron matrimonio. Felipe IV declaró a esta Virgen protectora de la familia real, por lo que, desde ese momento, reyes y príncipes cumplen con la tradición de presentar ante sus pies a sus hijos. Ahora, la pila estará custodiada por los dominicos de la Provincia de Hispania.