Una reciente encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a 2.061 personas de entre 18 y 79 años ha revelado un preocupante panorama en la salud mental de los españoles. Según el estudio, un 61% de los encuestados reconoce haber sufrido algún tipo de malestar psicoemocional en los últimos tres años, destacando problemas como el estrés, los trastornos del sueño, la ansiedad y la depresión. A pesar de la alta incidencia, solo poco más de la mitad de los afectados ha buscado tratamiento o ayuda profesional.
La situación se complica al considerar el acceso a la atención especializada. Según un informe del Defensor del Pueblo de 2020, la espera para una primera consulta con un especialista en psicología clínica puede variar entre uno y tres meses, y para segundas consultas, el tiempo de espera se extiende a un mes y medio. Esta demora empuja a muchos a optar por servicios privados, cuyo costo puede superar los 200 euros mensuales, una cifra considerable para un hogar medio en España.
Más psicólogos y psiquiatras
La falta de atención especializada no solo sobrecarga los servicios de atención primaria sino que también conduce a una sobremedicación y a la cronificación de los problemas. España lidera el consumo mundial de psicofármacos, con 99 dosis diarias de benzodiazepinas y 32 de hipnóticos y sedantes por cada 1.000 habitantes. Según expertos, muchos de estos casos podrían gestionarse eficazmente con terapia psicológica, especialmente en cuadros leves y moderados de ansiedad o depresión.
La inversión en recursos para la salud mental no solo podría mejorar la calidad de vida de muchos españoles, sino también reducir el costo económico y social derivado de estos problemas. La carga de la discapacidad y la incapacidad laboral relacionadas con una mala salud mental, así como la pérdida de años de vida debido a factores de riesgo conductuales, representan un costo del 4,2% del PIB de España, según estimaciones de la OCDE.
Para enfrentar eficazmente los retos en la atención a la salud mental, la OCU considera urgente un aumento significativo del número de especialistas en esta área en la sanidad pública. Actualmente, España cuenta con solo 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, tres veces menos que la media de la Unión Europea, y 9 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, la mitad que la media europea.