El mundo ha despertado horrorizado, contemplando la terrible masacre perpetrada en dos mezquitas de Nueva Zelanda. La primera ministra del país anunciaba este viernes, en su aparición más complicada, que al menos 40 personas habían sido asesinadas y otras 20 se encontraban heridas en la localidad de Christchurch.

La policía neozelandesa actuó con premura y ya tiene a cuatro personas – tres hombres y una mujer – están bajo custodia de las autoridades. Los autores de esta terrible matanza no estaban fichados por las fuerzas de seguridad, aunque al menos uno de ellos tiene vínculos con la extrema derecha. La policía australiana ha identificado al tirador como Brenton Tarrant – un hombre blanco de 28 años -, según publica el New Zealand Herald.  

Este atentado contra las mezquitas de la localidad tuvo la particularidad de que lo pudo seguir la gente a través de redes sociales. El autor material de la matanza grabó el asalto y lo publicó en redes sociales para que sus seguidores pudieran seguirlo en directo.

El comisario de policía Mike Bush no escondió su preocupación de que la grabación del tiroteo estuviera en las redes sociales y aseguró que las autoridades harían lo posible para que fuera eliminado. “No debería ser de dominio público”, precisa en declaraciones al New Zealand Herald.

Por su parte, Mia Garlick, alto cargo de Facebook Australia-Nueva Zelanda, confirmó que todos los vídeos en los que se vieran los tiroteos de Christchurch habían sido suprimidos. “La policía de Nueva Zelanda nos advirtió de un vídeo en Facebook después del streaming de la matanza y rápidamente lo eliminamos, incluyendo sus cuentas tanto en Facebook como en Instagram”, admite.

17 minutos de horror

El streaming, de 17 minutos, comienza con el asesino conduciendo hacia la mezquita de Al Noor, en la avenida Deans. Aprovisionado con munición, armas - que se podían ver en el asiento del pasajero – e incluso un bidón de gasolina.

Ataviado con una cámara en la cabeza, el autor de la masacre se dirige hacia la mezquita, abre la puerta y comienza a disparar contra todo el que se cruza en su camino. Regresa al coche a por munición y repite el comportamiento anterior.

Casi veinte minutos llenos de horror que muestran el lado más cruel del ser humano. Una matanza que ha sido de dominio público. Como el vídeo ha estado circulando por las redes sociales, los psicólogos se han puesto manos a la obra y han advertido a los neozelandeses de las terribles consecuencias que podría reportar la visualización de dicho material.

“No veáis el vídeo porque puede dejar secuelas y no os va ayudar”, explica el psicólogo Ian Lambie en declaraciones recogidas por New Zealand Herald. “Puede desembocar en problemas como ansiedad, perder el interés en actividades e insomnio entre otros”, advierte Lambie.

Asimismo, si se ha observado el vídeo ha asegurado que no se debe tener ningún reparo en pedir ayuda. “Puede que el primer día esté todo bien, pero con el paso de las semanas podrá afectarte”, precisa.