Malena era una joven de 19 años que vivía en la localidad malagueña de Mijas. El pasado 20 de abril logró finalmente acabar con su vida despues de haberlo intentado seis veces en un periodo de tres años. Lo hizo arrojándose al vacío desde un mirador de gran altura.

"Eligió" una plaza junto al Ayuntamiento de Mijas "por donde pasan todos los políticos", cuenta su madre, Silvana Torre de 47 años, que decidió donar todos sus órganos. "No sé cuántas vidas habrán salvado pero es su venganza por el desprecio con que la trataron", dice entre lágrimas su progenitora, que tomó personalmente esa decisión.

"Ella sí me pidió alguna vez que su cenizas, porque sabía que cualquier día podría morir, se mezclaran con la de su perro, un bretón ya muy viejito que la acompañó en casa y no se separaba de ella durante todas sus depresiones", explicó la madre de Malena.

En esa carta de despedida, Malena le pide perdón a su madre, dice de ella que es "una luchadora" y le pide que se sienta "orgullosa de ser la mejor mamá del mundo". 

"Mamá, sabes que te adoro, estuviste en todos mis peores momentos, todas mis crisis. Lo siento, eso no va a pasar más. Sólo te pido que crees tu vida desde 0, siendo feliz. Yo desde el cielo con la abu Olga te voy a cuidar y mandar mucha fuerza. No tengo más fuerza para seguir viviendo, lo intenté muchas veces pero no puedo mamucha, no puedo", escribió a su madre poco antes de acabar con su vida.

También le pide que no caiga en depresión, que piense en su hermano,ya que Silvana tenía dos hijos y Malena era la pequeña, y le confiesa: "yo no puedo seguir luchando más y no quiero estorbar más".

Malena fue diagnosticada en un primer momento de depresión y, posteriormente, de trastorno límite de personalidad (TLP) con posible bipolaridad, a lo que se unían algunas adicciones.

"Empezó fumando porros como tantos jóvenes actualmente y acabó con otras sustancias", cuenta su madre, que ha decidido afrontar el duelo por la muerte de su hija denunciando los fallos del sistema de Salud Mental en Andalucía y de la Policía Local de Mijas "para evitar que casos como el Malena, que suceden a diario en muchos lugares de España, se repitan en el futuro".

Carta de despedida de Malena, la joven que se suicidó en Mijas en abril de 2023. Twitter
Carta de despedida de Malena, la joven que se suicidó en Mijas en abril de 2023. Twitter

Tres años de lucha para salvar a su hija

La lucha desesperada de Silvana por salvar la vida de su hija empezó hace tres años, cuando su hija se cortó los brazos por primera vez y se resume en algunas de las desgarradoras cartas que escribió al Defensor del Pueblo, la Consejería de Salud y distintos hospitales y centros sanitarios públicos y privados en los que su hija estuvo ingresada.

En una de ellas Silvana asegura que su hija "ingresó en Hospital Clínico de Málaga por primera vez a los 17 años por autolesiones e ideas suicidas y al ser menor me ingresé con ella tres días hasta que le diesen plaza en Salud Mental del Hospital Marítimo.

"En los tres días y en todos los ingresos posteriores me quedé indignada al observar el trato de algunos profesionales a pacientes, la falta de higiene de las instalaciones, la falta de higiene de paciente y el trato poco humano que recibían, contenciones bajo mi punto de vista muy poco humanas, falta de atención a llamadas y gritos de pacientes atados que quería orinar o defecar y una larga lista de sucesos con falta de empatía y humanidad de algunos profesionales" explicó la madre de Malena en sus cartas.

En otra de esas cartas añade Silvana Torre que "al consumir drogas" su hija "ha sufrido violaciones y sexo de riesgo por el cual acudí a su médico de cabecera y al Hospital Costa del Sol para que le hicieran las pruebas correspondientes", cosa que, asegura, no le hicieron "porque Malena era mayor de edad y dijeron que necesitaban su permiso".

Silvana acabó ingresando a su hija en una clínica privada especializada pero su precio era de 4.000 euros al mes y tuvo que sacarla cuando se le acabó el dinero. Otras, de acreditada trayectoria, cuestan 6.000.

A partir de ahí empiezan los intentos de suicidios, "seis que recuerde", dice su madre, ambulancias, lavados de estómago, Guardia Civil e ingresos en Salud Mental del Clínico de una duración de 20 días aproximadamente cada uno.