La historia puede gustarnos más o menos, pero es la que es. No puede ni debe modificarse al antojo de las ideologías, como tampoco puede ni debe ser ignorada, ya que así tendremos muchas más posibilidades de repetirla.

Los nacionalismos la han utilizado para construir sus relatos y han ido intensificando la manipulación de la misma conforme se ha ido radicalizando su discurso político.

Esto es lo que le ha pasado también al nacionalismo catalán. Poco a poco las alteraciones de los hechos históricos han ido calando en los libros de texto, en los que se puede leer el término Corona Catalanoaragonesa o el nombre del emperador Carlos I de España y V de Alemania transformado en el de Carles I de Catalunya-Aragó.

Y la tergiversación continúa. El Institut Nova Història defiende que personajes como Colón, Cervantes, Hernán Cortés y Santa Teresa de Jesús son catalanes.

La filosofía de esta fundación se basa en que “el Estado Español en los siglos XVII y XVIII se avergonzó de que el Siglo de Oro era realmente catalán, porque los referentes eran catalanes, y lo que hizo fue destruir todos los fondos documentales de Simancas, donde están los archivos históricos, y reescribirlos diciendo que eran castellanos los autores de los hechos”, cuenta a ELPLURAL.COM el presidente de la Asociación Historiadors de Catalunya, Óscar Uceda.

Éstas son algunas de las tesis que defienden autores independentistas, una realidad paralela, que nunca existió.

La Corona Catalanoaragonesa

La Corona Catalanoaragonesa, término que recogen, incluso, los libros de texto de historia de la ESO en esta comunidad autónoma, nunca existió.

La Confederación Catalanoaragonesa es un invento romántico de Antonio de Bofarrull y Brocá, que aparece recogido en un libro que lleva ese mismo título y que publicó en 1872. “El término se inventa porque el histórico y reconocido era el de Corona de Aragón. Pero cuando se empieza a construir un relato en el cual Cataluña era una superpotencia en la Edad Media y era la que llevaba la batuta en la corona aragonesa, no se puede permitir que el nombre de ese antiguo estado fuese el de Aragón”, explica Uceda.

Primero se hizo una pretendida equiparación del título de Rey de Aragón al de conde de Barcelona y después se sustituyó directamente este último título por el de Rey, pero guste o no, el territorio catalán dependía de la figura del rey de Aragón.

Colón era catalán y las naves partieron de Pals

Tanto el Institut Nova Història como el Cercle Català d`Historia (CCH) defienden que el apellido de Cristóbal Colón era realmente Colom y que su famosa expedición con las tres carabelas, La Pinta, La niña y La Santamaría partieron, no de Palos de la Frontera (Huelva) sino de Pals (Baix Empordà) . Así lo defendió hace unos meses el CCH en el 56º Congreso Internacional de Americanistas, que se celebró en Salamanca, lo que generó una importante polémica, dado que esta tesis, que se planteó por vez primera en 1930, ha sido repetidamente descartada por la comunidad historiográfica.  

Desde estas entidades, no obstante, se niega el origen genovés de Colón y se insiste en que el proyecto del descubrimiento de América se gestó, se financió y se ejecutó en Cataluña.  La historia oficial, promueve, es fruto de “manipulación historiográfica” basada en Castilla.

En la página web del Institut Nova Història podemos encontrar diferentes artículos al respecto como el de Tres pruebas de la catalanidad del descubrimiento de América o La casa barcelonesa de Cristóbal Colón que los censores intentaron situar en Sevilla.

Pero, además, en Pals “el Ayuntamiento ha llegado a organizar una misa por el aniversario de la salida de los barcos de Colón”, advierte el presidente de Historiadors de Catalunya.  

La locura de Erasmo

El investigador Pep Mayolas, que trabaja para esta misma fundación y es autor del estudio ‘Erasmo y la construcción catalana de España’ sostiene que Erasmo de Rotterdam era catalán. Es más, el intelectual holandés habría sido, según su hipótesis, hijo de Cristóbal Colón, y se habría metido en el clero justo cuando en España se instaura la inquisición, por lo que para escapar de ella huyó al extranjero.  Ferran, que habría sido su nombre antes de adoptar el de Erasmo, habría intentado incidir en la sociedad promoviendo la reforma de la iglesia, que también se promovía desde Montserrat.  

Los Reyes de Castilla, también catalanes

Este mismo autor insinúa, incluso, la catalanidad de los mismísimos Reyes de Castilla. En base a esta teoría, Juana La Loca no fue hija de Isabel La Católica, sino de la amante de Fernando. La ‘prueba’, que la reina “paría con la cara cubierta y procuraba no gemir”, por lo que en realidad los niños no los habría tenido ella sino otra mujer.

El Quijote se escribió en catalán

Otro de los delirios históricos de los que se hace eco el Institut Nova Història tiene que ver con Cervantes y El Quijote. El autor más universal de la literatura española, podría ser Joan Miquel Sirviente, natural de Jijona. Según autores como el figuerense Lluís María Mandado, autor del libro ‘Cervantes (Sirviente), ciudadano de Jijona’, el Quijote se escribió en catalán y fue “la censura política y religiosa la que transfiguró la personalidad del escritor”, oficialmente de Alcalá de Henares. 

A su juicio “el Cervantes mesetario, hijo de médico, no puede ser el hombre de letras capaz de tener una gran biblioteca”. De ahí que atribuya el texto a Sirviente “personaje de talla y tesorero real”.