La Fiscalía Provincial de Madrid ha abierto unas Diligencias de Investigación Penal (DIP) por las actitudes abiertamente homófobas que se vivieron el sábado en el barrio madrileño de Chueca. Esta muestra evidente de homofobia podría acarrear penas de hasta cuatro años de prisión tanto al convocante de la marcha como a los neonazis que, al grito de "fuera sidosos de Madrid" o "fuera maricas de nuestros barrios", recorrieron sembrando el miedo en uno de los barrios más famosos de España por su diversidad.

Según las fuentes jurídicas consultadas por El Plural, "la pena a imponer dependerá de si, aparte de consignas, lemas y pancartas, se produjo algún acto concreto de humillación o menosprecio como son las lesiones o las amenazas, en cuyo caso habría que unir a las penas del delito de odio las concretas de cada delito". De ser así, se podrían superar los cuatro años de cárcel.

En referencia concreta al presunto delito de odio cometido el pasado sábado en Chueca, y que se encuentra tipificado en el Artículo 510 de Código Penal, las fuentes explican que en este caso concreto sería aquel delito "cometido con ocasión del ejercicio de los derechos y libertades públicas garantizados por la Constitución, en su modalidad de delito de odio cometido por medio de la expresión (Art. 510.1), donde las penas van de uno a cuatro años y de multa de seis a doce meses". La imposición del grado máximo dependerá de las circunstancias, como por ejemplo que exista reincidencia, utilizara disfraz (podría dirimirse si ir tapado entra) o la existencia de cualquier otra agravante genérica. Si no se incurre en ninguna de estas circunstancias, la pena bajaría de los cuatro pero nunca de un año de prisión.

No es un caso aislado

El caso de Chueca no es un caso aislado. De hecho, no es el único ni el primer caso de comisión de delitos de odio en el transcurso de una manifestación. En Valencia hay incoadas, por ejemplo, otras DIP por islamofobia presuntamente cometidas durante una manifestación del partido de extrema derecha España 2000. Esta causa ha sido archivada hasta en dos ocasiones por la magistrada instructora. Sin embargo, la Fiscalía de Delitos de Odio recurre cada archivo y la Audiencia Provincial obliga a la juez a reabrir. Es más, el último de estos recursos se ha presentado este mismo lunes.

ElPlural.com ha preguntado a la fiscal delegada de esta materia en la Fiscalía Provincial de Valencia Susana Gisbert sobre su opinión de los ocurrido el sábado. "Es evidente la actual alarma por la comisión de delitos de odio en sus diferentes vertientes. En particular, la homofobia está sufriendo un repunte realmente preocupante. En cualquier caso, es difícil saber si lo que han aumentado son las denuncias o los hechos, que antes quedaban silentes, pero, sea cuál sea la respuesta, el hecho es que en pleno siglo XXI es inaceptable que las parejas homosexuales tengan miedo de pasear cogidas de la mano, o de mostrarse su afecto en público", asegura Gisbert.

"Hechos como el que hemos presenciado en Chueca este fin de semana que, por desgracia, no es el único, no hacen sino confirmar que la intolerancia y la discriminación y odio al diferente, de la que hace no mucho era inconcebible hacer un alarde público, se ha abierto un hueco en nuestra sociedad y hay quien se jacta de ello abiertamente. Y no hay otro modo de acallarla que manifestar el rechazo de modo tajante y sin fisuras", recalca.

Por último, esta fiscal delegada en delitos de odio apostilla que "hay que enviar un mensaje en un doble sentido". Así, dice que, por un lado, las víctimas deben saber que la sociedad y las instituciones estamos con ellas y, por otro, quienes comenten estos hechos deben conocer nuestro rechazo y saber que sus acciones no salen gratis".