Cada 5 de junio conmemoramos el Día Mundial del Medio Ambiente, una efeméride instaurada por las Naciones Unidas en 1974 con la intención de concienciarnos a todos en la necesidad de proteger nuestro planeta. Este año la celebración está centrada en la ‘Restauración de los ecosistemas’ y es el pistoletazo de salida para el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030, fecha límite en que los científicos han identificado como crítica para evitar los peores impactos del cambio climático.

Preservar la biodiversidad es esencial para la sostenibilidad del planeta y la salud de las personas

Pese a las serias consecuencias que está teniendo el calentamiento global sobre nuestros ecosistemas, todavía no estamos en un punto de no retorno y la situación se puede revertir. Es urgente la acción de todos para mitigar el cambio climático y evitar la pérdida de millones de especies. Por poner algunos ejemplos, en los últimos 40 años la población global de mamíferos, peces, reptiles y anfibios ha disminuido un 60% y en los últimos 150 años, la superficie de arrecifes de coral vivos se ha reducido a la mitad. España, por ejemplo, cuenta con más de 85.000 especies y es el país con mayor diversidad de Europa. Sin embargo, el 14 por ciento de esta rica biodiversidad está gravemente amenazada según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 

Los diferentes ecosistemas naturales son esenciales para la sostenibilidad del planeta y la salud de las personas. No sólo juegan un importante papel en la regulación del clima, sino que también nos protegen de enfermedades. Naciones Unidas recuerda en este sentido que ecosistemas sanos previenen la propagación de patógenos, un mensaje muy significativo tras más de un año de lucha contra la pandemia de la COVID-19, una emergencia sanitaria que ha evidenciado nuestra vulnerabilidad.

Ha llegado el momento de la #GeneraciónRestauración. Prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas terrestres y marinos es esencial en la lucha contra el cambio climático. Según Naciones Unidas, la restauración de 350 millones de hectáreas podría eliminar de la atmósfera entre 13 y 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero. Asimismo, el beneficio económico que tendría esta intervención multiplicaría por 10 el coste de la inversión. Por el contrario, el precio de la inacción es como mínimo tres veces mayor que el de la restauración de los ecosistemas.

Para ello, Naciones Unidas relama inversiones financieras para cambiar la forma en que explotamos los recursos naturales y, sobre todo, investigación y educación con el fin de involucrar a todos -empresas, gobiernos y ciudadanía- para revertir una situación mediante proyectos responsables con el planeta e implementando de forma urgente cambios transformadores.

Una de las empresas punteras en la lucha contra el cambio climático y cuidado del medio ambiente es Agbar, que proporciona todos los servicios del ciclo integral del agua en España. La compañía ofrece soluciones innovadoras para reducir el impacto de su actividad y preservar la biodiversidad. Innovación y digitalización son los dos pilares sobre los que se asienta su proyecto, siempre con la vista puesta en la construcción de un mundo más sostenible y resiliente. La entidad recuerda en este 5 de junio la necesidad de cuidar del planeta y reafirma su compromiso con la economía circular, buscando soluciones que están en la propia naturaleza y fomentando la cultura de la conservación.

El año pasado, los humedales artificiales de depuración de Illa de Mar y l’Embut (Delta del Ebro), donde Agbar ha aplicado estas soluciones basadas en la naturaleza, fueron declarados reserva natural de fauna salvaje por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña. A día de hoy es una zona de alto interés ornitológico, que ofrece espacios idóneos (refugios, zona de alimentación y nidificación) para la observación de aves, algunas de ellas amenazadas, paseos naturalistas y educación ambiental.

En 2020 Agbar hizo 76 diagnósticos de biodiversidad y estableció 45 planes de acción en plantas de tratamiento, 34 de ellos en espacios protegidos

El 11,7% de las instalaciones de Agbar se encuentran en espacios protegidos en los que aplica modelos de economía circular con el fin de preservar las funciones ecológicas y convertirlas en un espacio multifuncional que favorezca la diversidad local. A lo largo de 2020, en sus instalaciones  realizaron 76 diagnósticos de biodiversidad, 60 de ellos en instalaciones dentro de espacios protegidos. Y se han establecido 45 planes de acción en plantas de tratamiento, 34 de ellos en espacios protegidos.

La compañía ha eliminado el uso de productos fitosanitarios, cuyos residuos constituyen uno de los principales riesgos de contaminación medioambiental. Esto supone un cambio en el modelo de gestión que incluye una guía de mantenimiento ecológico de zonas verdes cuyas medidas se incorporan también en los contratos con subcontratistas del mantenimiento de dichos espacios. En este momento, el 81,5% de instalaciones están libres de fitosanitarios y pesticidas.

Asimismo, Agbar ha desarrollado un programa para el control de las especies exóticas invasoras, una de las principales amenazas de la biodiversidad, y cuenta con un protocolo de actuación en todas sus instalaciones. El programa BiObserva ‘STOP-invasoras’ ofrece a personas sin conocimientos botánicos toda la información necesaria para identificar especies, reportar observaciones, así como ejecutar y realizar planes de control y comunicación de especies invasoras en instalaciones. Todo ello con el soporte de un equipo de expertos en especies invasoras y en desarrollo de herramientas de ciencia ciudadana.

Preservar nuestro entorno natural es tarea de todos. En este sentido, el grupo desarrolla campañas de sensibilización y concienciación tanto entre sus trabajadores como en las comunidades en las que operan. Hacer un uso responsable del agua y de los recursos naturales en general es fundamental para combatir el cambio climático.