Los últimos días han sido especialmente duros en muchos puntos de España en lo que a altas temperaturas se refiere. Esto hace que conciliar el sueño sea más complicado. En infinidad de ocasiones se ha hablado de diferentes técnicas para lograrlo, sin embargo, la ciencia ha demostrado que la solución la tienen, como con muchas otras cosas, nuestros abuelos y sus antiguas costumbres, aún matenidas en muchos pueblos y barrios. 

Por simple que parezca, el secreto está en 'salir a la fresca' y tiene una explicación científica: activa los dos pilares fundamentales del sueño natural: la regulación de la temperatura corporal y la correcta sincronización con los ciclos de luz.

"El inicio del sueño es un proceso biológico muy delicado. Necesita dos señales claras que hemos sustituido por estímulos artificiales: una bajada gradual de la temperatura corporal y una disminución paulatina de la luz", explica la doctora Sofía Rodriguez Moroder, experta en patología dental del sueño de la clínica Craneo Salud, que subraya que "salir a la fresca proporciona ambas cosas de forma gratuita y sincronizada"

En lo que respecta a la temperatura corporal interna, para que el cerebro active los procesos del sueño, esta ha de descender entre 0,5 y un grado Celsius. "Cuando nos exponemos al descenso natural de la temperatura del atardecer, nuestro cuerpo realiza esa bajada de forma paulatina y perfecta", indica esta especialista. "Es una señal inequívoca para que el organismo se prepare para descansar", añade. Por el contrario, y aunque la opción del aire acondicionado nos pueda parecer la mejor, "el shock térmico" de un sistema estas características, "a 19 grados genera estrés y dificulta la regulación natural".

El otro aspecto clave es la luz. La exposición a la luz natural decreciente del anochecer estimula la glándula pineal para que comience a segregar melatonina, la hormona que ayuda a iniciar y mantener un sueño correcto. "Quedarse en casa viendo la televisión o el móvil es un ataque directo a este proceso", advierte la doctora Rodríguez Moroder, precisando que "la intensa luz azul que emiten las pantallas inhibe activamente la producción de melatonina y envia al cerebro el mensaje opuesto al que necesita". 'Le dice: "Es de día, mantente despierto'"", enfatiza.

Permanecer todo el tiempo en el interior con una temperatura mantenida de forma artificial constante y con sobreestimulación lumínica es, según esta facultativa, la receta perfecta para el insomnio. Esta especialista en patología dental del sueño, advierte también de que la mala calidad del descanso afecta a problemas frecuentes entre la población como el bruxismo y la apnea. "Como no descansamos bien tenemos más sueño, al estar más cansados, la calidad del sueño es peor y todo unido nos acaba conduciendo a bruxar más", detalla. Por ello recomienda que antes de buscar soluciones complejas nos aseguremos de que la higiene del sueño sea la correcta. 

"El objetivo es preparar el cuerpo, no noquearlo", insiste, animando a evitar también otros "falsos amigos" del sueño estival como la copa de alcohol nocturna o las cenas copiosas y tardías. "El alcohol eleva la temperatura corporal y fragmenta el sueño", alerta.

Esta odontóloga anima, por tanto, a finalizar el día como lo hacían nuestros abuelos, disfrutando del aire libre. "A veces, la solución más avanzada es, simplemente, la más sencilla", zanja.

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