La sesión de control al Gobierno de este miércoles no auguraba una mañana plácida para el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para quien Podemos, su socio de Gobierno, ya ha pedido su dimisión tras la expulsión de más de 200 inmigrantes en alojados en el muelle de Arguineguín (Gran Canaria). Y no hubo sorpresa.

La jornada ha sido complicada, hasta tal punto que a Marlaska se le ha atragantado el nombre de “Arguineguín”. Le ha resultado imposible recordarlo y, en consecuencia, tras varias trabadas ha desistido.

La escena se ha dado tras una pregunta de Ana Belén Vázquez, del PP, que ha exigido “una respuesta urgente para Canarias”. "Ni racismo, ni buenismo. Le exigimos una respuesta urgente para Canarias. Váyase señor ministro", ha añadido.

“No voy a dimitir”, ha espetado Marlaska, al tiempo que ha apuntado que “este Gobierno lleva trabajando dos años y medio en política migratoria. No quiere decir nada respecto al problema que estamos atravesando. Hemos incrementado el intercambio de información con otros países africanos y estamos haciendo un trabajo complejo".