La Comunidad de Madrid es la región que registra mayor número de peatones muertos por atropello, en concreto concentra el 31% del total nacional, seguido de las Islas Canarias, con el 27% y Galicia, con el 24.
Así lo refleja el estudio 'Caminar seguros. Accidentalidad y riesgos de los peatones en España (2014-2023)', un informe elaborado por Fundación Línea Directa en colaboración con Fesvial, que analiza los accidentes de tráfico con peatones involucrados que se han producido en la geografía española en esa década. Con cifras consolidadas a 30 días del accidente, se han contabilizado más de 124.000 siniestros de estas características, en los que han fallecido alrededor de 3. 500 personas y 130.000 han resultado heridas.
El análisis muestra también que otras comunidades autónomas del norte de país como Asturias, Cantabria y País Vasco registran altos índices de fallecimientos por atropello.
Por el contrario, Castilla-La Mancha y Extremadura lideran la lista de regiones con menos muertes, con un 13 y un 14% respectivamente.
La calle más peligrosa está en Barcelona
La mayor parte de los atropellos se registran en zonas urbanas, el 86%. No obstante llama la atención que el 14% restante se produzca en carreteras, ya que la circulación de peatones está muy limitada en este tipo de vías, en las que, cuando ocurre un siniestro, la letalidad es mucho mayor, debido a la velocidad.
En ciudad, la Gran Vía de les Corts Catalanes de Barcelona es, según este estudio, la más peligrosa; mientras que en el entorno interurbano, lo es un tramo de carretera de Santa Cruz de Tenerife, la TF-1 (km 54,5-78,0)
Cruzar mal y saltarse el paso de peatones, principales causas
Las infracciones más habituales que terminan en atropello son, por parte de los conductores: saltarse el paso de peatones, los semáforos u otra señala de prioridad, y circular con exceso de velocidad. En el caso de los viandantes, los motivos que suelen llevar a un siniestro son: cruzar fuera del paso de peatones (16%), caminar por la vía de forma antirreglamentaria y no respetar los semáforos.
El estudio muestra diferencias entre hombres y mujeres. Ellos sufren más del doble de letalidad que ellas. Asimismo, son más atropellados en carretera, mientras que las mujeres lo son en ciudad. La media de edad de las víctimas ronda los 45 años, si bien los mayores de 65 presentan una tasa de letalidad que duplica la media general.
Otros dato peculiar de los accidentes de estas características, que protagonizan en su mayoría, turismos, es que se dan más entre semana y entre los meses de octubre y diciembre.
En lo que respecta a las lesiones más habituales que sufren las personas que son atropelladas, fracturas de cráneo, daños cerebrales, hemorragias internas y conmoción cerebral son las más frecuentes en impactos frontales; mientras que en los frontolaterales suelen producirse fracturas en extremidades y desgarros musculares, y en los laterales, fracturas de tórax y pelvis.
El peatón tecnológico
En los últimos años, ha surgido un nuevo perfil que constituye un riesgo para la circulación. Es el denominado 'peatón tecnológico', joven, de entre 18 y 25 años que utiliza el móvil y los auriculares mientras camina. En estos casos se reduce de forma importante el tiempo de reacción, pues por un lado, disminuye la visión periférica y, por otro, la capacidad de audición.
Control y educación
El trabajo de la Fundación Línea Directa incluye una encuesta a 1.700 peatones realizada con el fin de conocer la percepción y los hábitos de estos usuarios. El 62% de ellos considera que los vehículos no respetan las normas de circulación. No obstante, también admiten imprudencias por su parte. Casi cuatro de cada diez encuestados afirma utilizar el móvil mientras cruza la calle y un 35% reconoce cambiar de acera por lugares no permitidos.
Del mismo modo, los viandantes denuncian falta de control de estos comportamientos. El 78% considera que la vigilancia sobre ellos es escasa y el 76% cree que la normativa se aplica con mucha más severidad a los conductores. Los peor valorados son los que están al volante de los vehículos de movilidad personal (VMP), los cuales, aseguran, incumplen las normas sobre peatones con frecuencia.
Preguntados por medidas que puedan reducir la siniestralidad, apuntan mayor presión sancionadora sobre los peatones infractores, formación vial en colegios e institutos y campañas de concienciación dirigidas a los conductores.