Todos recordamos la polémica y monumental pitada al himno en la final de la Copa del Rey de fútbol celebrada en el Camp Nou y que enfrentaba al FC Barcelona y al Athletic Club de Bilbao. Tras infinidades de comentarios, enfrentamientos y opiniones encontradas por el suceso, el juez Fernando Andreu decidió archivar la causa alegando libertad de expresión, una decisión con la que la Fiscalía no estaba para nada de acuerdo y recurrió.

Este jueves, parece que las peticiones del fiscal han sido escuchadas y la Audiencia Nacional ha decidido reabrir el caso. Un año después de que los pitidos y abucheos taparan casi por completo el himno nacional, que se escuchaba por megafonía antes de empezar el partido, la Sala de lo Penal de la Audiencia entiende que hay que volver a investigar, pues puede haberse cometido un delito penal “por su naturaleza dolosa”

Dicho de otro modo, la Audiencia cree que las personas que abuchearon el himno lo hicieron de forma consciente, sabiendo que lo que hacían era un posible delito y, es más, asegura que podrían estar organizados de antemano.

No duda en ningún momento de que fue un acontecimiento planificado y recuerda que "a la entrada del evento deportivo se repartieron silbatos entre los asistentes” con la intención de “magnificar el acto lesivo”. El objetivo: dañar y despreciar los símbolos de España.  

Hay que recordar que el suceso acabó en los juzgados porque el 12 de junio de 2015 Manos Limpias presentó una querella en el Juzgado de Instrucción de Barcelona. El mimso sindicato, como se autoproclaman, que ahora están siendo investigados por extorsinar a cambio de retirar las sus denuncias.

Tiene en cuenta el ambiente independentista actual

Aunque el suceso que ofendió a muchos se produjo el 30 de mayo de 2015, el auto tiene en cuenta que el ambiente institucional respecto a la independencia de Cataluña "es muy diferente". Para prueba un botón, se suele decir, y por ello aseguran que sólo hay que analizar "los acontecimientos y, sobre todo, las decisiones políticas de los órganos de Gobierno de Cataluña que se han adoptado en los últimos dos años en orden a conseguir la independencia de Cataluña respecto a España". 
Aunque en el escrito se reconoce que la justicia no puede meterse a valorar el sentimiento o el deseo independentista de parte de la sociedad catalana, subraya que no se puede consentir que se “veje a los símbolos de la nación española, como es su himno, y al Jefe del Estado, de una manera planificada como ha sucedido en el caso presente”.

Un dese de “menospreciar a España”

La Audiencia se muestra convencida de que el deseo de los allí presentes era “menospreciar a España” y que, para ello, aprovecharon un acto retrasmitido y anunciado por los medios a nivel nacional.

“Hallándose presente el Jefe del Estado Don Felipe VI de Borbón, se produjo una pitada masiva o colectiva (…) que fue presenciada por todos los presentes en el Camp Nou y retrasmitida por los medios de comunicación televisivos y radiofónicos”. Con estas palabras, el auto destaca la importancia de que el Rey estuviera durante el suceso y que este, llegase hasta todos los españoles por los medios. Dos factores que para la justicia magnifica la falta de respeto hacia el himno.

Aunque para muchos no fue más que una situación desagradable, la justicia cree que la pitada fue “desproporcionada” y que ha dañado la imagen de España incluso a nivel internacional y, por eso, hay que volver a investigar.

Un manifiesto que convocaba a los independentistas

Para sustentar su idea de que la pitada estaba totalmente preparada y organizada, la Audiencia Nacional recuerda que días antes se difundió un “manifiesto” tituladoPor la pitada al himno español y al rey Felipe de Borbón’.

Un texto con el que la asociación Catalunya Acció pretendía movilizar a los independentistas con frases como las siguientes:

El próximo 30 de mayo, en el transcurso de la final de la Copa entre el FC Barcelona y el Athletic de Bilbao en el Camps Nou, se nos vuelve a presentar una ocasión inmejorable para manifestar una vez más que queremos dejar de ser súbditos del reino de España para convertirnos únicamente en ciudadanos en una Catalunya independiente.

Proponemos que todos los seguidores catalanes que asistan al partido (y los que no también) deben manifestar sonoramente su desacuerdo, tanto por la presencia del monarca, como por el sonido de los acordes del himno español, con una sonora pitada, que sin duda acompañarán también los seguidores vascos.