Antes de mudarse a Almería, Ana Julia Quezada dejó en Burgos a una hija, Judit, que no siguió sus pasos, sino que se quedó con su padre adoptivo. La joven, de 24 años, que tuvo que ser ingresada por una crisis de ansiedad al conocer la detención de su madre, se ha convertido en otra víctima de todo lo relacionado con el asesinato del pequeño Gabriel Cruz. 

Además, la Policía ha reabierto el caso de la muerte de su hermana Ridelca, que murió con tan sólo cuatro años, al caer de la ventana de su habitación cuando Judit -que compartía habitación con ella- tenía dos años de edad. Una muerte que se consideró un accidente en su día y que ahora es motivo de sospecha. 

Bulos, racismo y acoso

Judit, que apenas tenía relación con su madre, ha sufirdo sufrido acoso constante en las redes sociales desde la detención de Ana Julia, especialmente en Facebook, red social donde tenía un perfil, que ahora no está disponible. Los acosadores, además de culpar a Judit del comportamiento de su madre e inundarla de epítetos racistas, exigen que la joven haga una declaración pública condenando a su progenitora o que sea expulsada de España, cuando Judit es española de nacimiento.

Vecinos de la joven declaron a ABC que Judit ya no sale de casa, que sufre de una fuerte depresion y que ha sufrido amenazas y agresiones físicas

Del mismo modo, se han hecho correr toda clase de bulos. Bulos que los vecinos de su barrio, Gamonal, desmienten a los periodistas y que los propios empleadores de Judit, en el Bar Antioquia, se han visto obligados a desmentir, como el de que había sido despedida. 

Solidaridad vecinal

Más de un centenar de vecinos del barrio de Gamonal de la capital burgalesa se concentraron ayer en la Plaza de Santiago para expresar su apoyo a la hija de la mujer detenida por la muerte del niño Gabriel Cruz, en Almería. Sin pancartas y sin corear ninguna consigna, los vecinos guardaron unos minutos de silencio que han roto con un aplauso. Tambiénn se han convocado concentraciones espontáneas, que han reunido a una veintena de personas. 

Una de las mujeres que ha participado en la concentración, que ha preferido no desvelar su identidad, ha señalado a Efe que la hija, que vive en Burgos, "no tiene la culpa de lo que haya podido hacer su madre" y, en todo caso, ha expresado la solidaridad con los padres del niño fallecido "porque lo que ha ocurrido es terrible". Ha asegurado que conoce a Judith, la hija de la mujer arrestada, desde que era pequeña y "siempre ha sido una buena niña". El bar Antioquia, donde trabaja Judith, que ayer por la mañana abrió sus puertas con normalidad, cerró por la tarde.