La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha fallado hoy condenando a cuatro años de prisión por un delito de lesiones a un hombre de 60 años que apuñaló hasta en tres ocasiones con un cuchillo a su mujer. La terrible agresión ocurrió en plena calle, en la localidad jienense de Noalejo. 

La sentencia emitida por el tribunal ha creado controversia al señalar que no ve "ánimo de matar" en los hechos y por tanto no se le ha condenado por intento de homicidio, a pesar de que el acusado fuera portando un arma blanca con intención de, por lo menos, herir a su pareja sentimental.

Según dicha sentencia, las lesiones que el condenado le generó a la víctima "no afectaron a estructuras anatómicas importantes", siendo esta la principal razón para descartar el intento de homicidio. Las puñaladas fueron en los dos pechos y en el costado.

Absuelto del delito de malos tratos

El acusado ha sido absuelto durante el mismo juicio del delito de malos tratos habituales, del cual le acusaba en un primer momento el Ministerio Fiscal, quien retiró finalmente el cargo, y la acusación particular. Para absolverle de este delito se ha argumentado que "no ha resultado acreditado que el procesado hubiera sometido a su mujer a un trato humillante y vejatorio, ni que ejerciera sobre ella control alguno ni tampoco agresión, por los que su mujer formuló la denuncia".

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el hombre había sido previamente denunciado por su mujer, y que durante la brutal agresión, el procesado incumplió una pena de alejamiento y comunicación con su esposa. Siendo esta pena ampliada durante los seis años siguientes al cumplimiento de la condena.

La indemnización asciende a 71.020 euros, cantidad que el procesado deberá abonar a la víctima.

Lo ocurrido

El relato de los hechos recogidos en la sentencia expone que el acusado sorprendió a su mujer "tapándole la boca con una mano mientras con la otra sostenía el cuchillo". El objetivo de la amenaza fue insistir en que tenían que volver a retomar la relación. Una vez en la calle se inició el forcejeo entre ambos que conllevó al apuñalamiento reiterado.

Fueron los vecinos quienes alertaron de la agresión al escuchar los gritos de la víctima. Todo quedó registrado gracias a que la mujer decidió llevar una grabadora encendida encima. Aún así, el acusado alegó en el juicio que el cuchillo lo portaba ella.