Todos ellos han discutido las recetas que España debe aplicar para “prevenir los ataques a la familia”. Los organizadores del Congreso Mundial de Familias explican con nitidez que “nuestro país aún se está recuperando de ocho años de un líder socialista, Zapatero, que impuso a la ciudadanía la legalización del matrimonio homosexual y el aborto, a pesar de que está mayoritariamente en contra de ellos”. Así, su objetivo no es otro que influir al Gobierno de Mariano Rajoy para que no quede ni rastro de las leyes que, promovidas por el anterior Ejecutivo socialista, situaron a nuestro país en la vanguardia de los derechos sociales.

Homosexuales, mujeres y condones…
Así, los organizadores no tienen reparos en abordar temas tan polémicos como las “soluciones al comportamiento homosexual”, la “autenticidad de la mujer: redescubriendo la vida en el hogar”, “el coste social de la pornografía”, la “promiscuidad e infidelidad”, o el “control de la natalidad, los métodos naturales de planificación familiar frente a la contracepción”. Y lo hacen con el amparo de la caverna mediática, la dirección del Partido Popular y la jerarquía de la Iglesia católica.


El obispo de Alcalá de Henares habla de los homosexuales en el Congreso Mundial de Familias. Foto: Hazte Oír




La caverna
Y es que entre los múltiples organizadores del Congreso Mundial de Familias están Intereconomía, el diario ABC y La Razón. Entre los 126 ponentes que han aceptado participar en un foro que pretende que la mujer vuelva al hogar y en el que se considera a los homosexuales unos desviados figuran César Vidal (esRadio), Alfredo Dagnino (Intereconomía), José Javier Esparza (Intereconomía), y Alex Rosal (fundador de los suplementos de religión del ABC y La Razón). Otros periodistas como Isabel San Sebastián (El Mundo), Luis del Pino (Libertad Digital) o Eduardo García Serrano (Intereconomía) se han encargado de promocionar el Congreso a través de un anuncio en el que aparecen junto al expresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz.

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La Iglesia
Aún más intensa ha sido la participación de la jerarquía católica. La Conferencia Episcopal ha explicado a los medios de comunicación que “no se han involucrado en la organización de un Congreso con el que no tienen nada que ver”. Para demostrarlo han mandado a participar en el Congreso Mundial de Familias a algunos de sus dirigentes más obsesionados con los homosexuales como el cardenal Ennio Antonelli (presidente del Pontificio Consejo para la Familia, de la Santa Sede), o al sacerdote Juan Pérez Soba (profesor Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios de Matrimonio y Familia). Quien tampoco podía faltar a la cita era el obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Plà (quien por si quedaba alguna duda de sus pensamientos afirmó en su ponencia que “el auténtico patrimonio de la humanidad es la unión sacramental de un solo hombre con una sola mujer abiertos a la vida”).

Concierto y misa
Además, la Iglesia mandó el viernes a la Orquesta Sinfónica y al Coro de la Jornada Mundial de la Juventud para animar a los participantes. Como broche final, el obispo auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, ofició una misa este domingo.

El europarlamentario del PP habla de los homosexuales en el Congreso Mundial de Familias. Foto: Hazte Oír



El PP deja participar a Oreja
Al igual que la Iglesia católica, el Partido Popular también se ha desvinculado del Congreso Mundial de Familias, aunque no ha impedido que acudieran el vicepresidente del Parlamento Europeo y miembro del Partido Popular Europeo, Rocco Buttiglione, y su número uno en el Parlamento Europeo y miembro de su Ejecutiva nacional, Jaime Mayor Oreja. De hecho, Oreja basó su intervención en la política que su partido está realizando en contra del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.

Familias muy ricas
Como curiosidad cabe resaltar el elevado precio que han pagado los asistentes al Congreso Mundial de Familias en una época de crisis económica en la que la mayoría de las familias no pueden llegar a fin de mes. Y es que algunas entradas llegaba a costar 340 euros, aunque incluían ciertos lujos como asientos reservados en las plenarias del auditorio y la asistencia a almuerzos.