La enfermedad de las arterias coronarias es el tipo de patología cardiaca más común y la principal causa de muerte en los países occidentales.

Se produce cuando las arterias que suministran la sangre al músculo cardíaco se endurecen y se estrechan, debido, generalmente, a la acumulación en sus paredes de colesterol y células del sistema inmune.

Conforme la enfermedad avanza, se reduce el flujo sanguíneo, lo que puede acabar produciendo una angina de pecho o un infarto de miocardio.

El tratamiento suele pasar por la prescripción de una serie de fármacos y el cambio de estilo de vida, adoptando hábitos más saludables. Sin embargo, cuando hay una obstrucción importante, es necesario pasar por quirófano para un tratamiento de revascularización mediante cirugía cardiaca o intervencionismo coronario percutáneo, un procedimiento que consiste en la dilatación de la arteria con un balón y el implante de un stent (prótesis cilíndrica de metal).

Este último sistema, no obstante, falla en algunas ocasiones, debido a un proceso que se conoce como reestenosis, y que consiste en la proliferación de células de músculo liso de la pared arterial que pueden llegar a obstruir el stent.

La reestenosis se puede controlar mediante el uso de prótesis liberadoras de fármacos. Pero, entre el diez/veinte por ciento de los casos, no resuelve el problema.

Comprender los mecanismos moleculares que están en el origen de estas obstrucciones y buscar nuevas dianas terapéuticas es, a día de hoy, una prioridad de cara a mejorar del tratamiento y la prevención del fracaso de los stents tras una intervención de angioplastia.

Y es en este sentido en el que investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) han dado un importante paso. Liderados por el Dr. Luis Miguel Blanco-Colio, han descubierto un nuevo mecanismo implicado en este proceso de reestenosis post-angioplastia.

Los doctores Blanco Colio y Mendez Barbero

Dos proteínas: TWEAK y Fn14

“Mediante análisis de secuenciación masiva, hemos demostrado que el eje formado por dos proteínas pertenecientes a la superfamilia del factor de necrosis tumoral, denominadas TWEAK y Fn14, participan en la activación de la proliferación y migración de la célula de músculo liso vascular, contribuyendo a la reestenosis y, en último término, al fallo del stent implantado”, explica el Dr. Blanco-Colio.

En el trabajo, cuyos resultados se han publicado en la revista EbioMedicine y en el que han participado también investigadores del CIBERDEM (CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas) y otras instituciones a nivel internacional, se desvela el mecanismo molecular, hasta ahora desconocido, por el que estas dos proteínas controlan la proliferación celular.

“Concretamente, se demuestra que el eje TWEAK/Fn14 controla la expresión de un gen supresor de tumores, el p15INK4B, que participa en el mantenimiento del estado de reposo en diferentes células”, precisa este especialista.

“Hemos demostrado en animales modificados genéticamente, que el eje TWEAK/Fn14 juega un papel fundamental en la formación de la lesión reestenótica tras una angioplastia in vivo, al disminuir la expresión de p15INK4B con el consiguiente aumento de la proliferación celular", añade la Dra. Nerea Méndez-Barbero, primera firmante del estudio.

Del mismo modo, hay “presencia de TWEAK y Fn14 en lesiones reestenóticas en coronarias humanas, principalmente en células de músculo liso vascular, lo que prueba su importancia fisiopatológica en humanos", añade esta investigadora del CIBERCV y el IIS-FJD.

Nueva terapia

Pero la investigación no concluye aquí, porque identificar este mecanismo, ha permitido, además, determinar una posible terapia para la reestenosis post-angioplastia.

El equipo del Dr. Blanco-Colio ha demostrado en modelos animales cómo el tratamiento con un anticuerpo anti-TWEAK es capaz de disminuir de forma significativa la formación de lesiones reestenóticas después de la intervención.

"Una administración local de bloqueadores del eje TWEAK/Fn14 a través de stents liberadores de fármacos podría ser una buena opción para reducir la tasa de reestenosis", concluye el investigador.