La imagen del dictador Francisco Franco montado a caballo ha reaparecido en el centro de la ciudad de Barcelona, aunque decapitada, en medio de fuertes protestas. No es que el Ayuntamiento de Ada Colau se haya vuelto loco, forma parte de una exposición en el edificio del Born de Barcelona.

La citada escultura forma parte de la exposición temporal "Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano", que se ha inaugurado este lunes, momento en el que varios ciudadanos se han acercado a verla y una de ellas le ha tirado huevos, según ha informado el centro cultural. Debido a esto, los Mossos d'Esquadra han intervenido “para apartar a esta persona, pero sin violencia ni mayores problemas”, según los organizadores de la muestra.

Polémica política

La colocación de esta estatua ha levantado expectación entre los barceloneses tras la polémica suscitada por los grupos de la oposición del Ayuntamiento de Barcelona, que consideran un error exhibir símbolos fascistas.

Empleados municipales han limpiado la escultura tras el incidente y han continuado con los preparativos de la exposición, cuyas obras se exhiben mayoritariamente dentro del edificio, pero que recibe a los visitantes con tres esculturas en la calle: la citada estatua ecuestre de Franco, la escultura de La Victoria, que formó parte del obelisco de la Diagonal, y una imagen que reproduce la escultura La República, que actualmente está en el distrito de Nou Barris.

Cabeza desaparecida

La escultura que ha levantado polémica es una estatua ecuestre de Francisco Franco obra de Josep Viladomat y que no tiene cabeza, no por intención del autor de la exposición, sino porque desapareció de los almacenes municipales antes de que decidieran utilizarla para la exposición.

La muestra que se inaugura en Barcelona pretende plasmar “la permisibilidad con los símbolos de la dictadura a partir de la presencia de las tres estatuas y de la actitud de sus autores, Marés y Viladomat, que trabajaron para la República, contribuyeron a la exaltación de la dictadura y fueron reconocidos por la democracia”, según el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB).