La Audiencia Provincial de León acogerá en diciembre de este año el esperado juicio contra el exconcejal de Ponferrada y exlíder de Coalición por El Bierzo Pedro Muñoz, acusado de agredir brutalmente y arrojar por la terraza de su domicilio de Toreno a su exmujer, Raquel Díaz, dejándola parapléjica y postrada en una silla de ruedas.

Después de tres años y medio de espera, con las consecuentes críticas por la severa demora, la Audiencia Provincial leonesa ha programado cinco sesiones consecutivas del 11 al 15 de diciembre, y una sesión adicional el 21 de diciembre. Esta dilación del juicio llegó a ser considerada por la víctima como “injusta”, ya que ha vivido la mayor parte de este tiempo “encerrada en una habitación” por motivos de seguridad, ya que su presunto agresor se encuentra en libertad desde el 25 de mayo de 2022 tras cumplir casi dos años de prisión preventiva.

La Fiscalía pide 18 años y 9 meses de prisión contra el exedil por un presunto delito de lesiones agravadas, una petición que provocó polémica, ya que la sociedad reclamaba que fuese acusado de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. No obstante, el ministerio fiscal también pide tres años por un delito de violencia habitual, dos años y nueve meses por malos tratos, un año por amenazas y otros 25 días por injurias.

Del mismo modo, reclama casi 1,2 millones de euros de indemnización a Raquel Díaz por responsabilidad civil y más de 120.000 euros por gastos médicos, tanto a Sacyl como al sistema de salud de Castilla-La Mancha.

Por su parte, la acusación particular sí pide una condenada por intento de asesinato y un periodo de prisión de 23 años. Pero los delitos de los que es acusado Muñoz también van acompañados de sus correspondientes penas de alejamiento que, en el caso de la Fiscalía, suman 24 años sin poder acercarse a la víctima a una distancia de 800 metros ni comunicarse con ella por cualquier medio.

En contra de Pedro Muñoz, tal como detalla el Ministerio Público, hay un informe que demuestra la existencia de 17 lesiones graves en el cuerpo de Raquel Díaz, lo que se podría penar con hasta 12 años de cárcel, mientras que el delito en grado de tentativa no sobrepasaría los 10 años de prisión. Asimismo, también se recogen los delitos de violencia habitual tanto física como psíquica, el delito de malos tratos, el de amenazas y el de injurias.

Mientras el juicio llega, Muñoz seguirá en libertad provisional al haber cumplido los dos años de prisión preventiva. Pero la situación es muy distinta para Raquel Díaz, ya que desde el fatídico día del 27 de mayo de 2020 ha tenido que clavar su vida a una silla de ruedas, con graves problemas neurológicos, lo que le impedirá que declare en la vista.

La declaración de Raquel Díaz

El 27 de mayo de 2020 se puso fin a una relación de cinco años de ruido, miedo y golpes que terminó postrando a Díaz en una silla de ruedas y con graves secuelas. Ese día fue arrojada por el que era su pareja y concejal en el Ayuntamiento de Ponferrada por el balcón de la casa que tenían en la localidad berciana de Toreno.

Tras la denuncia, Díaz en su declaración aseguró que Muñoz la arrojó al vacío desde lo alto de su casa tras una discusión, narrando también que, una vez en el suelo, la arrastró hasta la vivienda, donde la golpeó con un palo de madera, algo que era habitual, según testificó.

Tras este testimonio, la Policía rastreó minuciosamente el inmueble donde sucedieron los hechos, encontrando restos de ADN que coincidieron con la versión de los hechos. Pero después de los dos años en prisión preventiva, Muñoz volvió a disfrutar de la libertad, obligando a Díaz a buscar un refugio ante el miedo a su agresor -tuvo que buscar una nueva residencia con el objetivo de garantizar su seguridad-, ya que, conviene recordar, lo primero que hizo tras salir de prisión fue romper el dispositivo de geolocalización y viajar hasta la vivienda de Toreno.

Ahora, poco más de tres meses separan para que Raquel Díaz tenga la oportunidad de que la Justicia le dé la razón y condene al agresor que no consiguió terminar con su vida, como sí han hecho otros tantos hombres con numerosas mujeres (42 en lo que va de año), pero sí con su salud.