El hombre más rico del mundo y consejero delegado de Tesla, Elon Musk, ha adquirido finalmente Twitter por valor de 44.000 millones de dólares, unos 41.000 millones de euros al cambio. La compra del magnate respecto de la plataforma conlleva algunos cambios significativos en ella, en su mayoría de gran preocupación para los usuarios y la democracia de la red.

Libertad de expresión, cambio principal en Twitter

Uno de los giros más importantes que el hombre más rico del plantea en la red social es el que tiene que ver directamente con la libertad de expresión. Musk, también una de las personas más activas en la plataforma del pajarito, preguntó en marzo de este año a golpe de tuit si los internautas consideraban que Twitter “se adhiere rigurosamente al principio de libertad de expresión”. El 70% de los que respondieron a la encuesta contestaron que no.

Garantizar, como dice el magnate, la libertad de expresión “plena” en la red puede resultar peligroso ya que, aunque es un derecho fundamental en toda democracia, es bien sabido que Twitter es también caldo de cultivo de comentarios, muchos de ellos, de odio. Así por ejemplo, el universo de la red social se enfrenta a que comentarios o imágenes como los que fomentaron el asalto al Capitolio se permitan.

Musk se ha postulado en varias ocasiones como un “absolutista” de la libertad de expresión en alguna de sus charlas TED para que la gente tenga “la realidad de que puede hablar libremente dentro de los límites de la ley”. El límite de ésta, por otra parte, es muy difícil de situar, como ha quedado patente en múltiples ocasiones, pero la apertura del magnate en la red social puede provocar hechos como el mencionado anteriormente y evitar otros como la suspensión de cuentas por fomentar al odio o expandir fake news, como sucedió con la de Donald Trump. De hecho, no sorprende que sean precisamente los simpatizantes del ultraconservador y de otros homólogos en el mundo, como Jair Bolsonaro, ya expresidente de Brasil, algunos de los que más han celebrado la noticia.

Sin publicidad y cuenta verificada "a la ligera"

El magnate ha decidido también que transformará el modelo de financiación de la red. En esta línea, el magnate aboga por cambiar la opción de pago Twitter Blue -disponible en Estados Unidos, Canadá y México y que otorga ciertos privilegios a quien la tiene- y reducir de 2,99 dólares a 2 su cuota de mensualidad. Cabe destacar que el 90% de los ingresos de la red provienen de la publicidad.

Asimismo, el multimillonario valora que quienes cuenten con esta opción puedan tener la cuenta verificada, que se consigue considerando el número de seguidores y la relevancia para los usuarios que la red considera que tienes. Hasta ahora se podía solicitar si tú creías que podías tener la cuenta con el conocido como tick azul; pero no era tan fácil de lograr, ya que tenías que pasar un trámite previo que demostrara, por decirlo de una manera sencilla, que te lo mereces.

En la relación de ingresos que entiende Musk, algunos medios estadounidenses apuntan asimismo a que el magnate tendría planes para reducir más que notablemente la plantilla en un 75%. Es decir, se pasaría de 75.000 trabajadores a unos 2.000. 

La propuesta de Musk: algoritmo abierto

Otra de las propuestas del magnate pasa por la apertura total de los algoritmos. ¿Qué significa esto? Que a partir de ahora su intención pasa porque se muestre todo cambio que se realice en cualquier tuit. La medida está en cierto modo orientada a esa libertad de expresión de Musk; y es que hasta ahora la plataforma limitaba de forma artificial comentarios de cuentas que consideraba problemáticas para sus políticas de moderación.

“Vencer” a los robots de spam

En una línea similar, el aristócrata plantea terminar con los “bots” de spam. “Vencer a los robots de spam”, según sus propias palabras; además de autenticar a las cuentas reales.

 

Más de 280 caracteres en Twitter

La última de las primeras medidas que sostiene Musk es que acabará con el límite de 280 caracteres que a día de hoy establece la red del pájaro azul. Incluso habla de la posibilidad de reescribir mensajes ya publicados en el pasado.

Con todo ello, la compra de la red social por parte del magnate supone una auténtica revolución -en varios sentidos y para algunas personas a peor- y marca un hito en la historia de la plataforma y de internet. Así las cosas, si bien Twitter no es la plataforma que más usuarios tiene -cerró el año con unos 436 millones-, sí es una de las más influyentes en la conversación pública. El espacio más amplio de debate fuera de las relaciones personales, si se prefiere.