Sergio golpeó con un palo de madera a Dana Leonte en la cabeza, el pasado 12 de junio, y luego la envolvió en un edredón y la arrastró escaleras abajo en su domicilio para meterla en su coche y trasladarla a algún sitio, para ocultar el cuerpo. Luego fingió que la mujer, de origen rumano, seguía con vida, al enviar mensajes desde su móvil, pero cometió un error que permitió a la Guardia Civil ponerle en el centro de la investigación: "la ortografía que se observa en los mismos es distinta a la de Dana" ya que la víctima "no cometía faltas de ortografía, ni acortaba palabras", según explica el juez en su auto.

"Hola, nesesito ablar contigo, el que me prestó el coche me tiene amenazada, día tras día, me prestó un poco de dinero y aora lo kiere ya, porque la mujer SA encelaodo (sic.)", escribió Sergio desde el móvil de Dana Leonte, a las 20;38 horas del pasado 12 de junio, cuando la mujer ya había sido asesinada. Los agentes no fueron conscientes de que el mensaje no lo había escrito ella hasta que al avanzar en la investigación se dieron cuenta de que no era la forma en la que la víctima se comunicaba: ni cometía faltas de ortografía ni abreviaba las palabras, lo que, sin embargo, sí hacía el hombre.

Los 45 minutos claves en el crimen

La tarde del asesinato, Dana sacó dinero en un cajero y se tomó un café con una amiga en Arenas.Luego se marchó a casa, y allí advirtió que alguien había forzado la puerta del garaje en la planta baja de su vivienda, por lo que llamó a la Guardia Civil. Una patrulla acudió al domicilio para realizar las comprobaciones pertinentes. Los agentes se marcharon a las 19.15 horas de la casa.  A esa hora, Sergio ya había salido de su trabajo. Se sabe porque acude a una cafetería cercana a la vivienda, según confirmó la dependienta del local, que contó que el hombre ese día sólo pidió un café, y solía comprar dos: uno para él y otro para su pareja.

"No veas ahora las mujeres no me dejan tranquilo..."

En el espacio de tiempo que va desde las 19:15 hasta las 20:00 horas es en el que los investigadores sitúan la muerte de Dana, según el atestado del caso.  El jefe de Sergio en el almacén en el que trabajaba declaró que la tarde del crimen el hombre se marchó a las 18:05 porque, según dijo, su niña tenía fiebre. Al día siguiente llegó tarde y alegó que no encontraba a su mujer y tuvo que buscar una niñera para que se quedase con su hija. Los días siguientes intentó exhibir normalidad y despreocupación e, incluso, pasados quince días del asesinato, bromeó con que estando solo "no veas, ahora las mujeres a través de Messenger no me dejan tranquilo. Me tienen por un padrazo". 

Flirteó con dos mujeres

Una semana después de asesinar, presuntamente, a Dana, Sergio le pidió el teléfono a una chica de su empresa y chateaba con ella mientras alardeaba sobre la posibilidad de mantener relaciones sexuales: "A esta ya mismo me la cargo yo". También flirteó con la niñera que cuidaba a su pequeña.

La carta que apunta a una venganza

Otro de los errores cometidos por Sergio fue no eliminar una carta manuscrita, adelantada por El Español, que había enviado a Dana, en la que reprocha a su expareja el distanciamiento entre ambos: "Buenos días. LUCIA se tomo alas 5 y media el Biberón. Tienes pan y hay comida en casa no estés sin comer Yo voy a travajar y tú eso No lo entiendes y ami me cuesta ir a trabajar a donde man exao Pero tu la situación no eres consciente y llevas Tiempo sin amarme y me aces mucho daño tia yo si te Amo, Tu no. Sergio. (Sic.)". 

Un adolescente con graves trastornos

El atestado del caso recoge la personalidad de Sergio, quien ya desde la adolescencia mostró rasgos violentos. Se dedicaba a recoger perros por la calle y luego los ataba a un poste para que su pastor alemán los atacara hasta matarlos. Pasados los años atrapaba gatos para matarlos a palos y a patadas.

Una vez, cuando tenía 21 años, su padre descubrió que había abierto un hoyo en una parcela suya, y junto a aquel había una pala tirada en el suelo. Cuando le preguntó a su hijo, éste le respondió que pretendía enterrar a su novia de entonces porque la había visto con otros chicos. El testimonio fue apoyado por la hermana de Sergio.