La familia real española ya se encuentra en Palma de Mallorca, donde cada año pasan unos días, transformando completamente la vida en la isla. Y como cada año, una de las paradas obligatorias de la realeza es el Real Club Náutico, donde se celebra la Copa del Rey de Vela, que celebra su 38ª edición.

La vela es un deporte que históricamente siempre ha contado con la simpatía de la Casa Real, de hecho en la mencionada competición, tanto el rey emérito como el actual han participado en ella. Sin embargo, el protagonismo de la presente edición no ha recaído en el monarca, sino en sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes por primera vez se han dejado ver en las instalaciones del Real Club Náutico.

Las niñas llegaron acompañadas por la reina Letizia para recibir a su padre, y Felipe las subió al Aifos500, barco cedido a la Armada por la familia Ferragamo, para que saludaran uno a uno al resto de la tripulación. No obstante, tras la visita, una duda surgió en el público: ¿por qué la princesa y su hermana no mantenían la tradición familiar marinera? Una pregunta a la que 'Vanitatis' ha dado respuesta. Según el citado medio, Letizia no quiere que sus hijas estén expuestas sin su tutela. "Los cursos de vela son abiertos, con más niños a los que no se les puede prohibir que hagan fotos o que sean competitivos entre ellos. Hay juegos, entrega de premios, salidas y meriendas que todos comparten. Mantener ese control sobre lo que se puede decir o publicar es imposible. Los hijos de las infantas Elena y Cristina han disfrutado una barbaridad con esos cursos. Seguramente Leonor y Sofía también, pero la Reina considera que esa exposición pública no les beneficia", han apuntado personas cercanas a la Casa Real.