La ciudad de Madrid despliega hoy sábado un dispositivo de seguridad sin precedentes para recibir a los ultras ingleses que viajan para apoyar a su equipo en la final de la Champions, una final británica (Tottenham - Liverpool) que se juega en España, más concretamente en el Wanda Metropolitano, el actual estadio del Atlético de Madrid.

El número de ultras y aficionados que se espera recibir este fin de semana en la capital es de 68.000, muchos de ellos sin entrada para acudir al partido.

Para controlar una cifra tan elevada de turistas, la ciudad cuenta con un dispositivo de 4.300 policías y varios drones de vigilancia. Además, se ha implantado en los comercios y locales de restauración, una 'ley seca' que les prohíbe vender alcohol a partir de las 17:00 horas.

La vigilancia policial se concentrará en tres puntos: la Puerta del Sol, la Plaza Mayor y la Plaza de Callao, tres puntos especialmente visitados por los hinchas ingleses. Será en esa zona en forma de triángulo en la que se establecerá la prohibición de bebidas alcohólicas. 

Asimismo, el dispositivo policial del centro de la ciudad mantendrá separados a los aficionados del Liverpool y el Tottenham en dos fan zone diferenciadas. Un equipo de seguridad especializado se encargará de informar a los ultras del camino para llegar al estadio Wanda Metropolitano en transporte público: los del Liverpool irán en la línea 2 desde la estación de metro de Goya, y los del Tottenham viajarán en la línea 5 cogiendo el metro en Alonso Martínez.

Una vez en el estadio rojiblanco, los hinchas seguirán separados gracias a tres anillos de seguridad. El primero serán unas barreras de contención que evitarán el paso de vehículos, seguido de la policía nacional que llevará a cabo los primeros cacheos. En el tercer anillo actuará la seguridad privada del Wanda Metropolitano.