El esperado reparto del tercer tramo de la equiparación salarial que Interior ya ha hecho efectivo en las nóminas de noviembre de policías nacionales y guardias civiles ha llegado no exento de polémica dentro de este último cuerpo, debido a la forma en la que se aplica y que asociaciones profesionales consideran que beneficia a los altos mandos y perjudica el bolsillo de los agentes de base. Un argumento que niegan fuentes autorizadas de la Dirección General: “Se busca mejorar las retribuciones de los guardias que realizan trabajos nocturnos y en festivos”, afirman a El Plural.

El 11 de enero, la Dirección General de la Guardia Civil pondrá en marcha una norma para regularizar el concepto de productividad, en el que recae el 10% del dinero del último tramo destinado a la equiparación, un montante de 47 millones de euros al año, según datos facilitados a ElPlural.com por la Guardia Civil.

Según denuncia la mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la directora general del Cuerpo, María Gámez, les prometió en verano, cuando se acordó el reparto del Complemento Específico Singular (CES), al que va dirigido el 90% del dinero, que se compensaría a la escala básica con el concepto de Productividad.

De los 145.730.000 que recibe la Guardia Civil para el incremento salarial que busca equiparar los salarios de policías y guardias con los de los Mossos de Esquadra, 131.157.000 se aplican al CES y 14.573.000 al concepto de productividad.

El martes pasado se celebró un pleno ordinario del Consejo de la Guardia Civil, donde para esta asociación quedó claro que Gámez “no va a cumplir” su promesa. “Si la involución de derechos continúa, plantearemos una gran movilización para 2021, porque se sigue sin reconocer el trabajo de los guardias civiles que están en la calle, dando servicio a los ciudadanos, que trabajan en las noches, en fechas señaladas y festivos”, advierte la AUGC.

Lo que reclaman algunas de las asociaciones es el criterio de “linealidad”, aprobada por consenso por los firmantes del acuerdo de la equiparación, y que se aplicó en los dos anteriores repartos del dinero, en 2018 y 2019, en la Policía Nacional y la Guardia Civil, lo que significa que la subida se calcula a partir de la media y se aplica a todas las escalas por igual.

En 2020, la Policía Nacional mantuvo esa premisa, pero en la Guardia Civil “se rompió el consenso y el reparto se ha hecho por imposición”, según denuncia la AUGC.

Cómo quedará el reparto

Las fuentes de la Guardia Civil consultadas por El Plural aseguran que ya se había adelantado a las asociaciones firmantes del acuerdo que el tercer reparto no se haría lineal, sino que se dedicaría a ”mejorar la retribución de los agentes que realizan labores nocturnas y en festivos”.

Según esas fuentes, del 10% dedicado a Productividad, un 91,09% irá destinado a incrementar el salario de cabos y guardias civiles de escala básica, una media de incremento de 120 euros al mes. El 71,60% beneficiará a suboficiales y el 1,32% a los oficiales de máximo rango.

La asociación mayoritaria de guardias precisamente mantiene que los más castigados por este reparto serán los guardias de abajo, nada comparable con lo que ocurre en la Policía Nacional, donde se mantiene el reparto líneal. Sostienen que el criterio que la directora de la Guardia Civil ha decidido aplicar, “a gusto de los generales”, restará “una media de 600 euros al año en las nóminas de los agentes”.

La AUGC argumenta que resulta inexplicable que los guardias civiles queden perjudicados teniendo en cuenta que este cuerpo recibe en este tercer tramo de la equiparación más dinero después de que Interior cediera a darles el 59% (145.730.000) frente al 41%  (101.270.000) que recibe la Policía Nacional.