CaixaForum Madrid acoge la exposición Cómic. Sueños e historia’ en la que hace un recorrido por las diferentes etapas de este singular arte narrativo cuyo valor cultural no siempre ha sido reconocido. Tintín, Asterix, el Capitán Trueno, Olivia y Popeye, el pato Donald, Spiderman, Superman, Batman, Corto Maltés, el gato Félix, Mortadelo y Filemón, Mafalda…Todos ellos nacieron en forma de cómic y protagonizan la muestra, que incluye más de 350 piezas del panorama nacional e internacional y de las que más de 300 son originales. Entre ellas están tres tiras originales de Quino con las reflexiones de la inmortal Mafalda, inmune al paso del tiempo. Aparte de su valor artístico, merece la pena destacar que es la primera vez que salen de Argentina.

Viñetas originales de Mafalda cedidas para la exposición por la familia de Quino

La exposición se podrá visitar en CaixaForum Madrid desde el 25 de mayo hasta el 28 de agosto. Después viajará a Barcelona y el resto de CaixaForum, incluido el de Valencia, cuya inauguración está prevista para el próximo mes de junio. En paralelo, se han programado una serie de actividades complementarias como el ciclo de literatura ‘La vida en viñetas’, coordinado por Mery Cuesta. Incluye un club de lectura, una cata de sake y música pop. Además habrá talleres sobre superhéroes o narrativa manga, entre otros, y visitas comentadas para grupos o experiencias intergeneracionales.

La inmensa mayoría de las piezas de la exposición forman parte de la colección de Bernard Mahé, comisario de la exposición y uno de los más reputados expertos del mundo en cómic. Incluye obras de algunos de los personajes o cómics más populares como The Yellow Kid, de Richard Felton Outcault; Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay; Terry y los piratas, de Milton Caniff; Tintin, de Hergé; Flash Gordon, de Alex Raymond; The Spirit, de Will Eisner; Sin City, de Frank Miller; The Amazing Spider-man, de John Romita; Watchmen, de Dave Gibbons y Alan Moore; Arzach, de Moebius; Corto Maltés, de Hugo Pratt, o Mafalda, de Quino.

Incluye también ediciones de revistas y libros, así como reproducciones digitales creadas expresamente para la exposición. Por ejemplo, un diorama de Paco Roca en el que aparecen los grandes creadores españoles de cómic a lo largo de la historia. El visitante puede disfrutar también de un singular photocall para retratarse junto a Astérix, una reproducción a gran escala de la mítica 13, Rue del Percebe o contemplar a Batman vigilando las calles de Gotham. “Cada sala alberga muchas sorpresas”, subrayó el comisario durante la presentación de ‘Cómic. Sueños e historia’. En el acto estuvieron también la directora adjunta de la Fundación “la Caixa”, Elisa Durán y la directora de CaixaForum Madrid, Isabel Fuentes.

Esta exposición forma parte de la apuesta de la Fundación “la Caixa” por las manifestaciones culturales propias de los siglos XX y XXI sumándose así a universos como el de la moda, los videojuegos y los tatuajes. Elisa Durán destacó que, durante muchos años, el cómic fue visto como un “arte popular, efímero y poco trascendente”. Sin embargo, es “un medio de expresión poderosísimo que sintetiza los anhelos y miedos, sueños y deseos de millones de personas en todo el mundo”. Además, se trata de una expresión cultural que viene de lejos, desde las pinturas rupestres, los jeroglíficos egipcios o los murales medievales hasta nuestros días. “El cómic se ha sofisticado y ha influido en los nuevos lenguajes narrativos, incluido el mundo virtual o el cine”, añadió.

A través de 8 salas diferenciadas, se hace un recorrido por la historia del cómic, desde los inicios del cómic moderno, cuando se empezaron a utilizar bocadillos en las viñetas hasta nuestros días. Bernard Mahé destacó que en casa sala podemos encontrar obras maestras de esa etapa.

Entre otras cosas, la exposición repasa la edad de oro del comic estadounidense, marcada por el crack bursátil del 29 y el estallido de la II Guerra Mundial. En esa etapa surgen clásicos como Popeye  (Elzie Crisler Segar), Dick Tracy (Chester Gould), Blondie (Chic Young), el pato Donald o Micky Mouse, de la Factoría Disney —con autores como Floyd Gottfredson, Al Taliaferro o Carl Barks— y los cómics de aventuras, entre los que destacan El Príncipe Valiente y Tarzán, de Harold Foster, o Flash Gordon, de Alex Raymond. Esta sala incluye también originales de la serie Terry y los piratas, de Milton Caniff, crónica de la Segunda Guerra Mundial que llegó a tener más de 200 millones de lectores.

John Romita. «The Green Goblin Lives Again!» The Amazing Spider Man, n.º 136, portada definitiva, Marvel. 1974. Tinta china sobre papel 9e Art Références, París.
John Romita. «The Green Goblin Lives Again!» The Amazing Spider Man, n.º 136, portada definitiva, Marvel. 1974. Tinta china sobre papel 9e Art Références, París. 

Los superhéroes, que crecieron con la aparición de un nuevo formato, el cómic book, tienen sala propia. El primero fue Superman, al que siguieron Batman, Wonder Woman, el Capitán América. Los superhéroes pasaron por distintas fases que definieron su identidad hasta los años ochenta: el desdoblamiento, la doble identidad y la mutación. En este ámbito se podrán ver páginas originales de la primera generación de dibujantes de superhéroes, como Jack Kirby (Capitán América, Thor, Los 4 Fantásticos), John Romita (Spiderman), John Buscema (Los Vengadores), Neal Adams (Batman) o Bill Sienkiewicz (Elektra), así como de autores centrales en la renovación radical de los superhéroes a partir de los ochenta, como Alan Moore y Dave Gibbons (Watchmen), Frank Miller (X-Men) o Mike Mignola (Hellboy).

Esta sala, es según Bernard, una de las más espectaculares e incluye una de las portadas más famosas de Neal Adams en la que Batma sostiene el cadáver del sargento Rock. "Ahora los originales de los cómics de superhéroes se están revalorizando muchísimo gracias al éxito de las películas", asegura. 

La exposción hace también un repaso por la historia del cómic en España, que empieza en el siglo XIX con algunos precursores como Apeles Mestres o Ramón Cilla y se populariza con revistas como TBO, de la que sale el nombre con  el que nos referimos a los cómics. Se pueden ver portadas y viñetas de nuestros héroes locales como El Guerrero del Antifaz o El Capitan Trueno, originales de Mortadelo y Filemón además de otros personajes míticos de la editorial Bruguera.

La exposición abarca más de un siglo de historia del cómic occidental como medio de comunicación de masas.

Bernard aseguró que el cómic español no tiene el reconocimiento internacional que se merece. "Cada país tiene su propia cultura y salvo los superhéroes o clásicos como Tintín, es difícil que los cómics de un país triunfen en otros", explicó. Tintín es protagonista absoluto de una de las salas, que recoge la aportación de Francia y Bélgica a este arte narrativo. La exposición también recoge la influencia del eje Italia-Argentina y el visitante puede contemplar de cerca los originales de Mafalda y el también eterno Corto Maltés, de Hugo Pratt.

Tras repasar los relatos fantásticos de los años setenta, la exposición aborda los últimos 50 años del cómic, con nuevos modos de contar historias, que van del diario íntimo a la novela gráfica. Temas como la sexualidad, la identidad de género, el consumo de drogas o las enfermedades mentales aparecen en las viñetas, al tiempo que surgen nuevos formatos, como la novela gráfica. Abrn la puerta al cómic-ensayo, con una nueva generación de autoras como María Medm, Ana Galvañ, Laura Pérez, Marta Cartu o Marta Altieri.

Preguntado por su obra o autor favorito, Bernard Mahé renunció a elegir entre sus "distintos niños".  "Todos son hijos míos", dijo rotundo. Lo que sí está claro que la exposición hará las delicias de todo el mundo, tanto de los aficionados al cómic, que podrán contemplar dibujos originales al natural y sumergirse en las distintas historias, como del público en general, que reconocerá a muchos de los personajes.