El director del Área de Cultura y Divulgación Científica de la Fundación ”la Caixa”, Ignasi Miró, y el comisario Florian Ebner han presentado este martes en CaixaForum Madrid la exposición Cámara y ciudad. La vida urbana en la fotografía y el cine. Se trata de la primera exposición que inauguran tras la crisis del coronavirus y también la primera del acuerdo que que suscribieron  en julio de 2019  la Fundación  ”la Caixa” y el Centro Pompidou para organizar exposiciones conjuntas hasta el año 2024.

Dentro de su programación cultural, la Fundación ”la Caixa” presta una atención preferente a las manifestaciones artísticas más contemporáneas, las propias de los siglos XX y XXI. Mediante sus exposiciones sobre cine y fotografía, la entidad quiere mostrar la influencia de las imágenes en la sensibilidad contemporánea y destacar el papel de los grandes creadores visuales del siglo XX en nuestra forma de ver el mundo. Con este objetivo, ha organizado exposiciones dedicadas a los grandes nombres de la fotografía, como Jacques-Henri Lartigue, Eugène Atget, Robert Doisneau, William Klein, Richard Avedon, Diane Arbus, Henri Cartier- Bresson, Willy Ronis, Philippe Halsman o Robert Capa.

La exposición se puede visitar desde el 7 de julio al 12 de octubre de 2020 en CaixaForum Madrid (Paseo del Prado, 36 28014 Madrid Tel. 91 330 73 00). El horario de apertura es de lunesa domingo y festivos, de 10 a 20 h

La exposición Cámara y ciudad explora la intensa relación que fotógrafos y cineastas han mantenido con la ciudad moderna a lo largo del siglo XX y del siglo XXI

Ahora, la Fundación ”la Caixa” da un paso más con este nuevo proyecto, junto con el Centro Pompidou, centro de referencia en el arte moderno y contemporáneo y poseedor de uno de los fondos más importantes de fotografía de toda Europa. La exposición Cámara y ciudad explora la intensa relación que fotógrafos y cineastas han mantenido con la ciudad moderna a lo largo del siglo XX y del siglo XXI.

La fotografía ha sido testimonio directo de la transformación de las ciudades

Las calles, la arquitectura y los habitantes de las ciudades han sido vistos a través de la lente del medio fotográfico desde el mismo momento de la invención de la fotografía. De hecho, fotografía y cine evolucionan en paralelo a la ciudad moderna y acaban actuando de testimonios directos de su transformación y de los momentos más trascendentales de su historia social, política, económica, urbanística y arquitectónica. Fotógrafos y cineastas han creado todo un imaginario visual, fijo y en movimiento, de la ciudad moderna, donde en la actualidad vive más de la mitad de la población mundial.

La exposición está comisariada por Florian Ebner, responsable del Departamento de Fotografía del Centro Pompidou, con la colaboración de Marta Dahó, doctora en Historia del Arte, investigadora y docente, quien ha asesorado en la selección de las piezas que provienen de las colecciones españolas.

Con 259 obras de 81 artistas, la muestra propone un recorrido histórico y temático por la historia de la fotografía urbana a través de fotografías, películas, vídeos y material impreso que abarcan prácticamente un siglo, desde la década de 1910 hasta principios de 2010, además de un ámbito novedoso que incluye obras actuales relacionadas con la crisis sanitaria actual. No obstante, este recorrido no pretende ser simplemente una historia de la fotografía urbana, sino también un ensayo visual sobre el tema, que se entrecruza con las profundas transformaciones sociales y urbanísticas de las ciudades.

La ciudad es vista como un escenario, lúdico o político, con sus habitantes como actores, en una larga historia de expansión y declive en la que se han pasado momentos de euforia, soledad, melancolía y revuelta. Las obras contienen una dimensión teatral: la performance, en un sentido artístico, y la participación, en un sentido político.

Participan en la muestra algunos de los nombres cruciales de la disciplina fotográfica internacional, como László Moholy-Nagy, Paul Strand, Henri Cartier-Bresson, Brassaï, Robert Frank, Robert Doisneau, Diane Arbus, Margaret Michaelis, André Kertész, Alexandre Rocthenko o Lee Friedlander. La fotografía española dialoga en igualdad de condiciones con las obras internacionales de autores como Francesc Català-Roca, Leopoldo Pomés, Pilar Aymerich, Anna Malagrida, Agustí Centelles, Carlos Pérez de Rozas, Manel Armengol, Josep Brangulí, Joan Colom, Jorge Ribalta, Xavier Ribas o Francesc Torres.

La mirada sobre la crisis del COVID-19

Estructurada en diez ámbitos y el apéndice que incluye la mirada de artistas de la muestra sobre la crisis del COVID-19 y el confinamiento, la exposición propone una visión renovada sobre la fotografía de ciudad. Sin pretender elaborar un relato histórico exhaustivo, el recorrido es cronológico, aunque evita el progreso lineal. Se inicia con un prólogo con la célebre fotografía de Paul Strand Mujer ciega (1916), que el influyente fotógrafo norteamericano tomó con la cámara escondida, algo que ya supone una auténtica declaración de intenciones del realismo moderno fotográfico, y que encarna el concepto de la straight photography (fotografía directa). La icónica imagen dialoga con una película del mismo autor, realizada conjuntamente con el pintor Charles Sheeler en 1921, Manhatta — emblemática del cine de ciudad, una apoteosis de Nueva York, elogio de su verticalidad y de las estructuras de acero—, y con un díptico contemporáneo de Martí Llorens que muestra el derribo de edificios en la Barcelona preolímpica.

La ciudad vertical, uno de los temas que aparecen al principio de la muestra, se corresponde con el momento del final de la Primera Guerra Mundial, en que existía una gran euforia con respecto a la ciudad y una profunda fe en la modernidad, la tecnología y el progreso.

Los años treinta tienen especial protagonismo en este recorrido. Es un momento en el que los fotógrafos dirigen su mirada hacia la población proletaria que deambula por las calles, y se interesan especialmente por los personajes nocturnos, como en el caso de uno de los nombres más importantes de la muestra, Brassaï, y también de Margaret Michaelis, que retrata el Barrio Chino barcelonés en 1932. Los años treinta también estuvieron marcados por los acontecimientos de la España republicana y la Guerra Civil, tema al que se dedica todo un ámbito de la exposición con las obras de Henri Cartier-Bresson, Pere Català Pic, Agustí Centelles, Gabriel Casas y Carlos Pérez de Rozas. En este ámbito también se analiza la repercusión que tuvo la Guerra Civil en la prensa extranjera a través del fotoperiodismo.

Los archivos del Centro Pompidou son muy ricos en fotografía humanista y existencialista después de la Segunda Guerra Mundial. Fue un momento de esplendor para la fotografía callejera, con figuras como Robert Doisneau, William Klein y Robert Frank, y en el territorio español, con Joan Colom, Francesc Català-Roca y Leopoldo Pomés.

A partir de los sesenta, la fotografía abandona la perspectiva «pintoresca», y la mirada de los fotógrafos se vuelve mucho más crítica. Las calles de la ciudad, además, son de nuevo el territorio para la revolución y la protesta, especialmente a partir del Mayo del 68. La represión de los últimos años del franquismo y de la Transición española se refleja en los trabajos de fotógrafos como Manel Armengol, Tino Calabuig y Pilar Aymerich.

La muestra se acerca a su final con aproximaciones de artistas y fotógrafos contemporáneos que plasman la ciudad horizontal, la ciudad en las nuevas definiciones del espacio público, las periferias, sin olvidar el impacto en la mirada sobre el territorio urbano de las plataformas Google Earth y Google Street View.

Las obras de la exposición que pertenecen al Centro Pompidou provienen en concreto del Cabinet de la Photographie, especializado en fotografía moderna, humanista y contemporánea; del Service du Cinéma Expérimental; del Service des Nouveaux Médias y de la Bibliothèque Kandinsky, en cuanto a documentos y publicaciones.

Por su parte, las colecciones de fotografía españolas que han prestado obra para esta exposición, tanto públicas como privadas, son el Archivo Nacional de Cataluña, el Archivo Fotográfico de Barcelona, el Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), la Fundación Foto Colectania, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), el Fondo CRAI Biblioteca del Pabellón de la República (Universidad de Barcelona), el Museo Universidad de Navarra y la propia Colección ”la Caixa”.

La exposición se acompaña de una publicación que contiene textos de Florian Ebner, Marta Dahó y Philippe-Alain Michaud. Al final del recorrido, un vídeo dirigido a público familiar invitará a buscar inspiración a través de fotografías del recorrido, animará a crear imágenes y vídeos desde casa mediante algunos consejos con el fin de atrapar el movimiento que, a menudo, viven las ciudades y sus viviendas.

Los artistas plasman vivencias sobre la crisis sanitaria

Esta exposición refleja la idea de que la sociedad es el motor de la historia y de cómo la ciudad forma parte de este motor y su modernidad. La exposición destaca la vida social y política de la ciudad y entiende la metrópolis como un gran terreno de juego. Estos últimos meses, debido a la pandemia derivada de la COVID-19, la vida urbana ha quedado profundamente alterada hasta puntos inimaginables.

En esta línea, la exposición también se hace eco de esta alteración. Por ello, ha integrado un nuevo espacio adicional a su estructura original de 10 ámbitos titulado Límites Comunes y que recoge las reflexiones de algunos de los artistas presentados que han querido compartir sus experiencias, vinculando Cámara y ciudad a las circunstancias que nos atraviesan actualmente.

Las piezas que se presentan en este espacio han surgido de una invitación a los artistas dirigida a pensar en la experiencia desde las ciudades. Son gestos, voces, e imágenes que expanden los hilos discursivos que traza la exposición a partir de las vivencias más recientes. Algunos de ellos han entrelazado su reflexión sobre el momento actual en estrecha relación con la obra presentada en la exposición, otros han elegido compartir trabajos realizados durante el periodo de confinamiento o creados específicamente a partir de esta invitación. La pluralidad de sus propuestas es la expresión más directa de la libertad con la que han querido responder a la invitación y su visión de conjunto conforma una caja de resonancia que, a su vez, invita a sumarnos a esta libre reflexión con ellos para pensar en los límites que nos son comunes.

En este espacio se pueden ver diferentes acciones de vídeo, fotografía, performance, dibujos y esculturas de la mano de los artistas Francesc Torres, Pilar Aymerich, Viktoria Binschtok, Barbara Probst, Mishka Henner, Valérie Jouve, Anna Malagrida y Mathieu Pernot, Manolo Laguillo, Hannah Collins, Bruno Serralongue, Tino Calabuig, Martí Llorens, Jorge Ribalta y Xavier Ribas.

Entre las propuestas, se pueden ver imágenes de ciudades vaciadas de residentes y de turistas como consecuencia del confinamiento, a través de fotografías como las de Manolo Laguillo frente a la Sagrada Familia y las de Barbara Probst, en Nueva York. Anna Malagrida y Mathieu Pernot se dedicaron a crear y a mandarse postales de un París desnudo de visitantes en base a fotografías hechas durante este periodo. Las postales se podrán ver en un viejo expositor de periódicos, generando sensaciones a medio camino entre la nostalgia y la ansiedad por la amenaza invisible de la pandemia.

“Algo, no alguien, está harto de nuestra banalidad como civilización y ha lanzado un aviso"

Para la ocasión, Francesc Torres ha creado una pintura metalizada sobre cartón que quiere lanzar una advertencia concluyente: “Algo, no alguien, está harto de nuestra banalidad como civilización y ha lanzado un aviso. La respuesta no es negociable y la solución no es compatible con el crecimiento económico ad infinitum. Al menos la situación es clara”.

Por otro lado, Pilar Aymerich ha respondido a la invitación con una acción performática en vídeo que utiliza fragmentos de la célebre canción La fiera feroz, de Ovidi Montllor, con la que entabla un paralelismo claro con la situación actual.

Por orden del Alcalde se hace saber a todos que una fiera feroz
del parque se escapará.

Se ruega a las señoras compren bastantes alimentos y no salgan de casa
hasta que vuelva el "buen tiempo".

Fragmento de La fiera feroz, de Ovidi Montollor

Hannah Collins, autora de la serie fotográfica a color Historias verdaderas desde azoteas de diferentes ciudades que ahora cobra nuevo sentido, hace una nueva propuesta basada en la plasmación de un modelo rizomático titulado Plantas y espacio. El dibujo, acompañado de un texto, quiere ser una invitación a mirar la naturaleza en general y las plantas en particular, y a sacar algún aprendizaje de esta observación.

Por su lado, Mishka Henner ha dado una nueva significación al coro informal que grabó en 2015 con 18 voces amateurs, grabadas cada una desde su casa, al son de la canción I’m Not the Only One, de Sam Smith. Ahora, lo revisita otorgándole una nueva mirada que hace alusión al mundo fragmentado generado por la pandemia.