Una alianza entre científicos de Estados Unidos y Suiza (investigadores de la Universidad de Stanford  y de ETH Zúrich) ha permitido que vea la luz un algoritmo que incrementa las posibilidades de encontrar trabajo en su país de llegada para los refugiados, personas que, en muchas ocasiones, han de integrarse en una sociedad desconocida tras sufrir la guerra y años de desplazamiento. Las posibilidades se incrementan hasta en hasta un 71%. El sistema construye una concordancia que ubica a las personas desplazadas en las mejores ubicaciones de empleo teniendo en cuenta sus habilidades individuales. Los resultados del trabajo se han publicado en el último número de la revista Science. Según explica en la publicación Kirk Bansak, investigador del Immigration Policy Lab (IPL) de la universidad estadounidense y autor principal del estudio, “para hacerse una idea de cómo funciona el algoritmo, se puede imaginar a dos refugiados, ambos del mismo país, de edad, origen étnico y niveles de habilidad similares. Cuando se reubica en diferentes lugares, uno prospera al encontrar trabajo mientras que el otro lo encuentra más difícil. Las razones por las que divergen los caminos de ambos son complejas, pero con un algoritmo que extrae decenas de miles de casos históricos no necesitamos comprenderlos completamente para aprender de ellos”.

Patrones

El algoritmo –agrega Bansak – “puede detectar patrones sistemáticos, por lo que la próxima vez que se  reciba un refugiado parecido, lo enviará al lugar donde prosperó el anterior”. Con el objetivo dede entrenar el algoritmo para su uso en EEUU, el quipo utilizó datos de más de 30.000 refugiados, de entre 18 y 64 años, ubicados mediante una importante agencia de reasentamiento entre 2011 y 2016. Luego, pidió al sistema que asignara ubicaciones óptimas para los que llegaron a finales de 2016 y las mejoras resultaron sorprendentes.
Las pruebas indicaron que con el algoritmo las posibilidades de estas personas de encontrar trabajo aumentaban un 41% en EE UU y un 71% en Suiza. En  comparación con los resultados históricos reales, el refugiado medio en EE UU tenía más del doble de probabilidades de encontrar trabajo si el algoritmo lo colocaba. Esto supone un aumento en la probabilidad de empleo de entre el 25% y el 50%. Los índices de empleo previstos crecieron en todos los ámbitos, incluso para aquellos que tenían menos posibilidades de encontrar trabajo. Los autores subrayan que si se hubiera usado el algoritmo, la tasa promedio en todas las ubicaciones hubiera sido un 41% mayor.
Cuando las pruebas se repitieron en el contexto de Suiza, la mejora fue aún mayor y el incremento potencial se estimó en un 71%.