El Juzgado 3 de lo Penal de Valladolid ha condenado a cinco años de cárcel a un tatuador de la provincia de esta misma localidad por abusar de varias clientas, primero en su domicilio (donde trabajaba en un principio) y después en su local.

Aunque los primeros hechos se remontan a 2015, no es hasta 2018 cuando algunas de las víctimas, incluso menores de edad denunciaron los hechos, que recogen tocamientos hacia las clientas o masturbación por parte del tatuador delante de ellas.

En esta línea y el magistrado ha resuelto que se dan "elementos de prueba como para creer que la versión de las víctimas es verosímil y contundente". Entre dichos elementos se encuentra un pantalón con restos de semen que la policía "entendió que no era relevante". Además, destaca que la versión del ahora condenado contiene hechos contradictorios.

El juez ha halagado la fortaleza de una de las víctimas a la hora de denunciar unos hechos que, al igual que el comportamiento policial, ha calificado de lamentable. "No puede ser que se desmotive de tal manera a una víctima de un delito de contenido sexual hasta el punto de que ésta tenga que buscar otras vías de apoyo para conseguir que su iniciativa tenga acogida judicial”, ha instado.