Con dos dedos de espuma. Mahou en Madrid y Estrella Galicia en Santiago. Con amigos, en familia o en soledad. Para celebrar y para ahogar las penas. La cerveza gana amantes en España, se posiciona en el epicentro de la sociabilización e incluso gana elecciones como símbolo de la libertad.

Nuestra sociedad no se entiende sin la cerveza, y es que, ¿quién no recuerda ese partido de fútbol, ese concierto, esa fiesta de pueblo, esa primera cita, las múltiples celebraciones en las que esta bebida ha estado presente…? Así podríamos continuar hasta la saciedad. En definitiva, la cerveza ha madurado y nosotros con ella.

Ahora “salimos de cañas”

Prueba de esto es que desde hace un tiempo el consumo de vino se ha visto claramente superado por el de cerveza. El hecho se da por varios motivos, según explica a ElPlural.com Sergio Estévez, miembro de la Asociación Española de Beer Sommeliers y fundador de Lo Catamos, empresa especialista en la cata de cervezas.

“Por un lado tiene que ver con la graduación. Estamos en un país bastante cálido. Igual que la cerveza sin alcohol también ha tenido un boom brutal en los últimos años. La gente percibe la cerveza 0,0 mucho más saludable que los refrescos y la cerveza más saludable que el vino en el sentido de que te puedes tomar un tercio de cerveza y te refresca, te hidrata y no tiene una cantidad de alcohol tampoco muy excesiva, pero a nadie se le ocurre beberse un tercio de vino, porque entonces acabas fatal”, explica.

“También el sabor es mucho más ligero y fácil de beber que el de los vinos, sobre todo el de los vinos tintos. Entonces yo creo que ante pregunta de salir de vinos o salir de cañas, ahora todo el mundo dice, por regla general, salimos de cañas”, a diferencia de lo que ocurría hace 50 o 60 años en España: “Aunque había cerveza en España hace 130 años, incluso más, la cerveza en los bares era como una rareza. No era tan común como ahora”.

España, único país con tradición vinícola en el que gana la cerveza

No deja de ser llamativo que el aumento de esta bebida en nuestro país se ha dado teniendo en cuenta que España es el único lugar del entorno Mediterráneo con tradición vinícola en el que la cerveza le ha ganado terreno al vino. Evidentemente, esto no quita para que haya quienes prefieren este segundo y que los datos respecto al consumo del mismo sean igualmente muy favorables, especialmente en determinados lugares.

“Es algo que no pasa ni en Portugal, ni en Italia, ni en Francia, ni en Grecia, que también son grandes productores de vino y en los que este está por delante de la cerveza. No sé si en volumen de litros o en volumen económico”. Es decir, “el litro de cerveza es mucho más barato que el litro de vino. Entonces depende de cómo quieras coger la estadística la puedes mover hacia un lado o hacia otro. Pero sí, es así”.

Históricamente, nuestro país no ha tenido la tradición cervecera que sí han disfrutado otros en los que el clima es más frío. Un ejemplo muy clarividente de esto es que en Alemania hay cerveceras comerciales abiertas desde 1040 (Weihenstephan), mientras que España no hizo lo propio hasta 1856 con Moritz.

Si se pregunta a cualquiera cuál es el país cervecero por excelencia, seguramente se le venga a la cabeza, precisamente, el que tiene su capital en Berlín; pero en otros como Reino Unido, República Checa o Bélgica ha sido también siempre una religión. “El mapa de las cervezas en Europa está dividido prácticamente desde el Imperio romano. En la zona de clima mediterráneo cálido se producía vino y en la zona del norte se plantaban cereales. Por eso en una zona era muy habitual el fermentado de cereal y en la otra los fermentados del vino”, expone Estévez

Gente brindando con cerveza. Imagen de Cerveceros de España, recuperada de Europa Press.
 

Infinidad de cervezas (también de lujo)

Hay casi tantas cervezas distintas como personas en el mundo. “Una de las más caras es la colección Utopías, de Samuel Adams. La botella se sitúa por encima de los 200 dólares, tranquilamente”, cuenta el sommelier.

Con todo, la oferta está cada vez más complejizada. Se ha profesionalizado con el paso del tiempo, por calificarlo de un modo sencillo. Esto se traduce, entre otras cosas, en que actualmente la Guía de Estilos de Cerveza BJCP recoge unos 130 estilos. Pero esto no quiere decir que el número se quede ahí: “Luego se pueden hibridar. Por ejemplo, hay un estilo de cerveza que se llama IPA o tripel. Esos son estilos oficiosos u oficiales, pero luego se puede hacer una cerveza tripel envejecida en barrica con mango, como ejemplo inventado”.

“Y eso ya no es un estilo, sino una hibridación del estilo, con lo cual las posibilidades de complejización son casi infinitas porque puedes envejecer, añadir ingredientes, cruzar estilos… y las posibilidades de hibridación son prácticamente infinitas”, añade Estévez.

¿Hay buena cerveza en España?

Todas las cervezas parten de los cuatro ingredientes básicos (agua, malta de cebada, lúpulo y levadura); pero las posibilidades a raíz de ahí son innumerables: “Las cervezas industriales tienen muy buena calidad, pero son aparentemente sencillas porque es lo que reclama la gente. Eso no quiere decir que sean de mala calidad, sino que a veces a algunas les falta complejidad porque es lo que pide el público”.

Cada marca tiene su cerveza estrella, que es tipo lager. Es decir, de baja fermentación, rubia, refrescante, sencilla… y empiezan a construir a su alrededor otras de complejidad, con más color, más alcohol, envejecidas… Es decir, suelen ‘construir’ una cerveza base y alrededor opciones un poquito más complejas a nivel de paladar”, añade.

Así las cosas, la clave para conseguir más alcohol, por ejemplo, es añadir cereal; o para que la bebida sea más oscura hay que poner cebada malteada, que está un poquito más tostada. “Y cuanto más la caramelizas más notas oscuras deja. Incluso puede llegar hasta el color café”, explica nuestro experto. “Pero sí, en definitiva, se puede decir que hay muy buenas cervezas en España”, concluye.