Heredando el legado y la pasión de su padre, uno de los grandes referentes de la micología en Europa, y con la convicción de que los hongos podían volver a ocupar el lugar que una vez tuvieron: el de aliados de la salud humana, Catalina Fernández de Ana Portela fundó hace más de 25 años la biotech gallega Hifas da Terra. 

Con el tiempo, esta empresa basada en la investigación de hongos medicinales, ha pasado a conquistar el terreno internacional con productos en los principales mercados de Europa y Asia. Sin embargo, mantiene firme su enclave, Pontevedra, y su propósito: demostrar que los hongos pueden prevenir y fortalecer. 

En un mercado dominado por las soluciones sintéticas, esta investigadora gallega formada en la Universidad de Santiago de Compostela propone volver a lo esencial,y lo hace desde la base, comenzando por el principio, por la recolección y cultivo de cepas propias

Pregunta: ¿Por qué los hongos? ¿Por qué decidió centrar su investigación en ellos?

Respuesta: Porque los hongos representan uno de los reinos más olvidados y, al mismo tiempo, más fascinantes y prometedores para la salud humana y del planeta. Tienen un potencial terapéutico enorme que apenas hemos comenzado a explorar. Desde muy joven me interesé por la micología, y cuanto más profundizaba, más claro tenía que estábamos ante una fuente inagotable de bioactivos con aplicaciones médicas y nutracéuticas. Decidí dedicar mi carrera a demostrar científicamente su eficacia, y de ahí nace Hifas da Terra.

P: Uno de sus principales objetivos es demostrar que los hongos pueden prevenir y fortalecer, ¿cómo y en qué medida?

R: A través de su riqueza en polisacáridos, antioxidantes, compuestos inmunomoduladores y antiinflamatorios, los hongos medicinales tienen la capacidad de fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la respuesta inflamatoria y proteger nuestras células. Su acción es preventiva porque ayudan a mantener el equilibrio del organismo antes de que se produzca la enfermedad. Y cuando ya existe una patología, pueden complementar tratamientos convencionales, mejorando su eficacia y reduciendo efectos secundarios.

P: Generalmente olvidamos el papel de los hongos en el tratamiento de enfermedades, a pesar de que hasta en el colegio se habla de la penicilina...

R: Exacto, la penicilina es uno de los grandes hitos de la medicina moderna y proviene de un hongo. Pero más allá de los antibióticos, muchos otros compuestos fúngicos han inspirado o se han utilizado directamente en la medicina convencional. Sin embargo, culturalmente hemos prestado mucha más atención a las plantas medicinales que a los hongos, y ahí es donde desde Hifas da Terra estamos tratando de cambiar el enfoque, con ciencia y evidencia clínica.

P: Muchos se sorprenderían al saber que estamos hablando del uso de fármacos desarrollados a partir de hongos en áreas como la oncología, la inmunología o la salud mental.

R: Es sorprendente, sí, pero también esperanzador. Existen hongos que actúan directamente sobre el sistema inmunitario, que ayudan en procesos inflamatorios crónicos y que tienen un efecto neuroprotector. En oncología, por ejemplo, algunas especies se están usando como coadyuvantes para mejorar la tolerancia a quimioterapia y potenciar la respuesta inmune del paciente. En salud mental, hay investigaciones muy sólidas sobre el potencial de ciertos compuestos fúngicos en la regeneración neuronal y la gestión del estrés y la ansiedad.

Catalina Fernández en el laboratorio

P: Hifas da Terra es la única en Europa que valida nutracéuticos fúngicos con estudios doble ciego y randomizados. ¿Qué significa esto para quienes no están familiarizados con estos términos?

R: Significa que aplicamos el mismo rigor científico que se exige a un medicamento. Un estudio doble ciego y randomizado es el estándar más alto en investigación clínica: ni el paciente ni el investigador saben quién está tomando el producto real o el placebo, y los participantes se asignan al azar. Esto garantiza que los resultados sean objetivos, medibles y reproducibles. En definitiva, es llevar la ciencia a la nutrición avanzada con total transparencia.

P: Aunque cada vez más personas emprenden fuera de las grandes ciudades, hay quien diría que es usted muy valiente por montar una empresa así en Galicia.

R: Puede parecerlo desde fuera, pero para mí Galicia es el lugar ideal: rica en biodiversidad, con tradición micológica y un vínculo profundo con la tierra. Además, trabajar en origen nos permite controlar todo el proceso, desde la producción ecológica hasta la investigación. Ser valiente no es tanto una elección como una consecuencia de creer firmemente en lo que haces, aunque el camino no sea el más fácil.

P: Sede en Pontevedra, pero productos en los principales mercados de Europa y Asia, ¿cierto?

R: Sí, estamos presentes en más de 17 países, principalmente en Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, con sedes propias. También en otros países como Lituania, Eslovenia, Holanda, Portugal, Croacia, Dubai y Marruecos Hifas da Terra ha logrado posicionarse como referente gracias a la innovación, la trazabilidad y la evidencia científica de nuestros productos.

P: Sabemos que pronto habrá desembarco en Estados Unidos. ¿Cuáles son las expectativas?

R: Es un paso natural y estratégico. El mercado norteamericano es muy receptivo al concepto de medicina integrativa y a los nutracéuticos con respaldo clínico. Llevamos años preparándonos para este lanzamiento, cumpliendo con toda la normativa FDA y estableciendo colaboraciones con centros médicos y universidades. Las expectativas son altas, porque el potencial es enorme. Me hace mucha ilusión. Yo soy Española (de padre) y Americana (de madre), así que es uno de mis grandes sueños ver posicionada a Hifas da Terra en Estados Unidos y que mi familia y amigos puedan acceder allí a los productos.

P: Defiende que la medicina del futuro será preventiva y natural. ¿Qué le lleva a esta idea?

R: La gran cantidad de evidencia científica que se está construyendo en los últimos años alrededor de la suplementación con productos naturales así como las técnicas de acupuntura, yoga o meditación o el simple ejercicio básico diario, junto con la lectura de las tendencias sociales y el sentir general de la población.

Existe un desafío cada vez más urgente: el aumento de la calidad de vida y el envejecimiento global están llevando a una saturación de los sistemas de salud públicos en todo el mundo. Este es un tema central en todos los foros sanitarios actuales: cómo garantizar una atención médica de alta calidad para todos.

Para enfrentar este reto, es necesario replantear el enfoque de la medicina del futuro. No debe limitarse únicamente a tratar síntomas, sino centrarse en la prevención: fortalecer el organismo antes de que enferme, para que las personas puedan mantenerse sanas y no precisar hospitalización durante el mayor tiempo posible.

Esto implica empoderar a la población con conocimientos y herramientas para cuidarse y preservar su salud. En este camino, los enfoques naturales —cuando están respaldados por la ciencia— juegan un papel clave. El futuro de la salud será integrativo: una combinación de lo mejor de la medicina convencional y lo mejor de la naturaleza, trabajando juntos en beneficio del bienestar humano.

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