Carmen Merino, la mujer detenida en Castro Urdiales por la muerte de su pareja, Jesús María Baranda, pudo encargar el asesinato a sicarios, como venganza, después de que el hombre decidiera romper definitivamente una relación maltrecha: a él se le vinculaba con otras señoras y ella mantenía una estrecha amistad con un colombiano.

La mujer podría haber pagado 12.000 euros a unos sicarios para llevar a cabo un trabajo, propio de delincuentes profesionales, desde la decapitación de la cabeza hasta la forma en la que ésta fue cocinada para evitar malos olores y envuelta prolijamente después. Los investigadores estarían valorando esta posibilidad, según adelanta El Español.

Jesús le pidió que se fuera de la casa en San Valentín

Fuentes del entorno de la víctima han apuntado a que Jesús María Baranda habría pedido a Carmen que abandonara su casa el 14 de febrero, día de San Valentín después de casi siete años de relación. El hombre estaría saliendo con otras mujeres, mientras que Carmen mantenía una estrecha amistad con un hombre de nacionalidad colombiana. Pero ella no quería separarse de Jesús.

Él vivía de manera holgada como jubilado a sus 67 años. Había sido director de una sucursal bancaria y gozaba de una pensión generosa. Cuando el hombre desapareció, ella contó que se había marchado de viaje y se había llevado 12.000 euros. Al parecer, podría ser la cantidad que Carmen usó para pagar a los sicarios. El propio habría pagado, presuntamente, su asesinato.

Condenada por estafa

La mujer había sido condenada por estafa en dos ocasiones, la primera en 2013 y la segunda en 2017, ambas en Galicia. Según adelantó El Faro de Vigo, Carmen “encandiló al menos a dos vigueses que la denunciaron por pedirles dinero y no devolvérselo”.  Hay un tercer caso en Cádiz, donde fue acusada de apropiarse documentación del excompañero sentimental de una tía suya, al que estafó 6.600 euros.