La bronquiolitis es una enfermedad común que afecta a los niños menores de 24 meses. Se trata de una infección vírica que afecta a las vías respiratorias de los más pequeños y, aunque en muchos casos no es más que un resfriado fuerte, es la principal causa de ingreso pediátrico en nuestro país. Según datos de la Asociación Española de Pediatría, esta infección supone la hospitalización de entre 15.000 y 20.000 bebés cada año, especialmente entre los menores de 6 meses.

Principales síntomas

Esta enfermedad respiratoria es una infección estacional que se concentra especialmente en los meses de otoño e invierno, con la llegada del frío. Los principales síntomas son goteo nasal (rinorrea), fiebre sibilancias, tos y, algunas veces, dificultad respiratoria. Normalmente desaparecen en pocos días, pero en algunos casos se cronifican e incluso desembocan en asma.

¿Cómo se trata la bronquiolitis?

Al tratarse de un virus, no hay una medicina eficaz para combatirlo. Como ocurre con este tipo de infecciones, los antibióticos no son eficaces en su tratamiento. Si hay fiebre se le puede administrar un antitérmico, es necesario dar al bebé líquidos de forma regular para evitar la deshidratación y se le pueden hacer lavados nasales con suero fisiológico o soluciones salinas para mantener despejada la nariz. Si la bronquiolitis es aguda, el tratamiento debe ser prescrito por los especialistas, que pueden indicar la administración de inhaladores.

¿Qué hay detrás de la cronificación de la bronquiolitis?

Un equipo de investigadores españoles ha descubierto que los niños que cronificaban la infección tenían una menor presencia de un microARN en sus vías respiratorias. Detrás de esta investigación, que ya ha sido publicada en la revista científica Cells, están el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), en colaboración con investigadores del CIBER de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC), pertenecientes al Hospital Universitario Severo Ochoa, el Hospital Universitario La Paz, la Universidad Alfonso X el Sabio y el Centro Nacional de Microbiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula cuya función es al ADN similar al de un bolígrafo u ordenador para un escritor. Es decir, es la herramienta que permite que ‘salga’ la información de su cabeza y con la función precisa. Esta función está en parte controlada por los microARN. Los científicos han situado a micro ARN miR-146a-5p detrás de esa incapacidad de controlar la inflamación que provoca la cronificación de la bronquiolitis.

Un biomarcador que explica la mala respuesta ante la inflamación

Los investigadores se centraron en estudiar la presencia del biomarcador ARN miR-146a-5p en bebés con broquiolitis y episodios de sibilancias. Lo hicieron con técnicas de biología molecular y celular usando muestras de aspirado nasofaríngeo de lactantes con bronquiolitis (tanto durante la enfermedad, como posteriormente a superarla), de niños con episodios de sibilancias y de niños sanos de la misma edad reclutados en los hospitales que han participado en el estudio. Además, utilizaron modelos in vitro de células epiteliales de las vías respiratorias pequeñas provenientes de individuos sanos.

"En los niños que superaron la bronquiolitis, la presencia de miR-146a-5p estaba aumentada, aunque sin alcanzar los niveles de controles sanos, pudiendo ser clave en la cronicidad de la inflamación”, explica la Dra. Victoria del Pozo, jefa de grupo del CIBERES en el IIS-FJD. Por el contrario, en los niños en los que se observó la diminución de este micro-ARN, se pudo constatar un aumento del gen PTGS2, relacionado con el sistema inmunitario, y con TSLP, una molécula vinculada con la infección de las células epiteliales del pulmón.

Las pruebas que se hicieron en laboratorio usando células de individuos sanos demostraron que cuando se estimula con un análogo viral, se produce un aumento de miR-146a-5p. "En condiciones normales, las infecciones virales deberían de aumentar la expresión de miR-146a-5p como mecanismo de control de las propias reacciones inflamatorias de defensa", explica el Dr. José Manuel Rodrigo, también investigador del CIBERES y el IIS-FJD y uno de los autores principales del trabajo.