Una de las polémicas desatadas en la Comunidad de Madrid en los últimos días es la ya archiconocida estatua en homenaje a las víctimas del coronavirus. Su autor, Víctor Ochoa, en declaraciones a eldiario.es, ha salido al paso de las críticas que han inundado estos días las redes sociales y ha puesto de ejemplo al David de Miguel Ángel para zanjar la controversia

El artista madrileño ha asistido estos días a innumerables burlas y críticas de la estatua que se inauguró hace escasos días en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional. Ochoa, junto a Isabel Díaz Ayuso, presentaron la escultura que, a la postre, serviría de alimento para que las redes sociales calmasen su hambre.

En una conversación con eldiario.es, Ochoa explica que la pierna de bronca sobre la que descansa una máscara simboliza cómo “el ser humano que se sobrepone de la angustia y la tragedia”. “El bronce sería la antigua humanidad y la parte de arriba el fantasma en el que nos ha convertido esta pandemia. Si te fijas no tiene rasgos, es un rostro ideal que nos representa a todos”, explica.

Ochoa sostiene que “es el mejor emblema que podía tener el Covid-19”. Esta es otra arista de la polémica que ha levantado la estatua del escultor, pues trascendió que la obra se creó hace tres años.

El propio autor publicó una imagen de esta misma obra el 25 de mayo de 2018, donde se indicaba que su creación fue en 2017. Fue en esta publicación donde describió la obra tal que así: “Incapaz de mantener el equilibrio de mis sueños sobre una realidad amenazante y trascender a un tiempo con tradiciones de este oficio, decidí alterar esas herramientas primitivas y dejarme llevar”.

“Tiene más de tres años”, admite el escultor durante su entrevista a eldiario.es. “En 1995 empecé una figura sobre un pie que intentaba escapar de los conflictos. El artista es quien decide cuándo se dan las circunstancias para exponer su obra”, alega antes de justificar que el David de Miguel Ángel no se concibió para la Plaza de la Señoría de Florencia.

"Como ejemplos te diría que la Estatua de la Libertad no fue creada para Nueva York, sino para el Canal de Suez, ni el David de Miguel Ángel para la Plaza de la Señoría en Florencia. Hablando de piezas conmemorativas, pueden pasar perfectamente veinte años desde los primeros apuntes hasta que coge forma", explica.

"La tenía guardada en mi casa hasta que un día la miré y vi un símbolo, un emblema de los miles y miles de personas que se han visto involucradas poniendo en riesgo su vida. Cuando tomé conciencia de que era la obra perfecta para definir esto, hice unos retoques, llamé a la Comunidad de Madrid para donarla y aceptaron", añade el escultor, quien aseguró que su deseo hubiese sido exponerla en el kilómetro cero de la Puerta del Sol.