A su paso, Filomena ha dejado escenas atípicas. Desde un hombre recorriendo las calles de Madrid en un trineo tirado por perros a gente esquiando por la Gran Vía y peleas de bolas de nieve multitudinarias en pleno centro de la capital. También ha habido anécdotas, como la de una mujer que ha tenido que dar a luz en su coche ya que la ambulancia no llegaba a su casa, además de casos de aislamiento o personas atrapadas en su vehículo por culpa de temporal.

La histórica nevada también nos ha mostrado a los negacionistas de la nieve. No es broma. En redes sociales se ha viralizado un documento en el que una mujer señala que lo caído en Madrid es, en realidad, plástico. El vídeo comienza con la protagonista en su terraza, cubierta de nieve: "Vais a comprobar que esto no es nieve de verdad".

Tras hacer una bola, la lleva al interior de su vivienda y, con un mechero, comienza a acercar la llama a la nieve recogida: "Lo voy a quemar para que veáis lo que quiero decir", añade. Acto seguido, anuncia: "Esto no se deshace por mucho que yo le ponga (la llama) y se pone negro. El olor es a plástico quemado y lo podéis comprobar vosotros mismos". Según ella, tras calentar el bloque de nieve "debería caer agua y deshacerse porque es obvio que con el fuego tiene que hacerlo". Y sentencia, "esto es la mierda que nos mandan, puro plástico. Nos siguen engañando con todo".

El vídeo no ha tardado en viralizarse y son muchos los que han demostrado por qué lo que dice la protagonista del vídeo es totalmente falso. El biólogo Alvaro Bayón ha explicado así el fenómeno: "Al usar un mechero estamos quemando un combustible (butano o gasolina), que contiene una interesante cantidad de impurezas que, al quemarse, forman hollín. Ese hollín normalmente se ve como humo. Si acercas el mechero a un cristal limpio (puedes limpiarlo a conciencia antes, para verificar que no es nada que haya en el cristal), verás que también se pone negro. Es normal, eso es el hollín del combustible depositándose sobre la superficie (la bola de nieve, o el vidrio, la que sea). El olor, es lo mismo. El gas butano no huele, pero sí está mezclado con sustancias que sí huelen. El olor viene de esas impurezas que se están quemando", señala en la primera parte de su hilo.

Tras esta explicación, el científico refleja el porqué no se derrite: "Hay dos cosas importantes aquí. La primera es que el agua (incluso congelada) tiene un alto calor específico. Si la bola de nieve está apelmazada (eliminas el aire que hay entre los copos de nieve), el hielo está en contacto con... bueno, con más hielo. La llama la estás aplicando sobre un punto localizado, y la mayor parte del calor que recibe va a disiparse por el resto de la masa de hielo, sin llegar a derretirse, a causa de ese alto calor específico. Sin embargo, en el punto donde la llama impacta de forma más directa, el hielo, al pasar repentinamente de una temperatura muy baja a una muy alta, sufre un proceso bien conocido por cualquiera que haya estudiado física y química en la ESO, que es la sublimación el paso de hielo a vapor sin pasar por la fase líquida. Muy poco sólido pasa a mucho gas, así que es normal que ese proceso sea poco aparente. Aunque llega a verse si se presta atención".

Además, ilustra la explicación con una serie de vídeos: