La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un año y medio de cárcel e inhabilitación como funcionario público a un policía municipal de Madrid por romper la mandíbula a un menor de edad hace tres años en las fiestas del Barrio del Pilar, sin haber conseguido identificar a un segundo agente implicado en la agresión. Los hechos se remontan a octubre de 2019, cuando, según lo probado en la sentencia a la que ha tenido acceso ElPlural.com, dos funcionarios públicos del cuerpo de seguridad cargaron al joven hasta una zona oscura de arbustos cerca del recinto donde se celebraban las fiestas del Barrio del Pilar para pegarle una paliza.

El tribunal constata que “ninguna duda cabe de que sufrió una fractura del ángulo mandibular izquierdo como consecuencia de la agresión de que fue objeto por parte del agente y de otro funcionario de policía que no ha podido ser identificado”. “El lesionado se encontraba aquella noche en el interior del recinto con sus amigos, parte de ellos se fueron y otro le dijo que fuera con él, regresando después al recinto”, prosigue el relato judicial, que detalla cómo la víctima, al serle denegada posteriormente la entrada, “se fue por otra parte y saltó la valla junto a otras 8 o 10 personas”.

“Vinieron entonces unos agentes y le dijeron, en actitud agresiva, que no se podía”, por lo que el menor de edad les contestó: “Con una placa todos somos graciosos”. Después de este intercambio de palabras, uno de los tres funcionarios de la Policía Municipal de Madrid “se fue con su DNI” para tramitar una denuncia por lo que él consideraba una supuesta “falta de respeto” al amparo de la Ley 'Mordaza', mientras que los otros dos le “agarraron cada uno por un brazo y le trasladaron hacia unos arbustos existentes en las inmediaciones y que dificultaban la visualización de sus actos, lugar donde le propinaron varios golpes en el abdomen y en la cara”.

Acusaciones de racismo y secuelas de por vida

Esta paliza, certifica la sentencia del tribunal madrileño, causó al menor de edad unas lesiones por las que tuvo que ser operado de urgencia, quedando “tres días hospitalizado y 45 días impedido para el ejercicio de sus ocupaciones habituales” y sufriendo secuelas de por vida con la colocación de “una placa metálica en la mandíbula”. Por ello, la Audiencia Provincial de Madrid también ha ordenado al funcionario público condenado el pago de una indemnización a la víctima de casi 7.500 euros en concepto de daños por las secuelas y también por los días de hospitalización y curación impeditivos.

Además, la Justicia ha condenado al Ayuntamiento de Madrid como responsable subsidiario de dichas cantidades al formar parte el acusado de su cuerpo de Policía Municipal y “encontrarse en el ejercicio de sus funciones cuando cometió los hechos”. El mismo órgano judicial incide en la profesión de los agresores, puesto que la víctima fue agredida “precisamente por quienes siendo funcionarios públicos deben velar por su seguridad”.

Durante el proceso, tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron un agravante de discriminación por motivos racistas, ya que el joven se trataba de la única persona negra en el grupo de aproximadamente 10 personas que saltaron la valla, siendo únicamente él quien fue detenido. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Madrid ha dictaminado que los delincuentes, al no hacer referencia explícita a su identidad racial durante los hechos que incluyeron la paliza, no cometieron una discriminación por motivos racistas y pese a que la víctima, según su testimonio, sí que tuvo indicios en aquel momento de “que los policías hubieran podido actuar por ser negro”.