Un total de cuarenta provincias están en alerta por altas temperaturas que pueden llegar a los 40 grados y provocar golpes de calor con la consecuencia de graves daños a nuestro organismo, por lo que conviene saber qué síntomas negativos producen y cómo actuar.
¿Qué es un golpe de calor?
Ocurre cuando el organismo humano no es capaz por sí mismo de regular la temperatura corporal y se calienta en exceso y de manera acelerada hasta alcanzar hasta los 41 grados, lo que puede provocar graves daños, como un shock, insuficiencia en varios órganos, entre ellos el páncreas, el hígado o el riñón; daño cerebral y, en el caso más extremo, la muerte.
Los golpes de calor son más frecuentes al principio del verano, ya que a lo largo del periodo estival el organismo se va aclimatando a las temperaturas extremas.
Los síntomas más evidentes del golpe de calor son: piel muy caliente, seca y enrojecida, la ausencia de sudor, la sed intensa, dolor agudo de cabeza, pulso acelerado, somnolencia y confusión, convulsiones y pérdida de conciencia, según el Ministerio de Sanidad,
Además de un golpe de calor, hay otros episodios a los que exponen las altas temperaturas y que deben tratarse para evitar problemas de salud más serios. En este apartado se incluyen: la insolación, que se manifiesta por un intenso dolor de cabeza después de haber estado expuestos al sol; los calambres, provocados por la deshidratación; el síncope (desmayos provocados por la falta de riego cerebral tras estar expuestos al sol de pie), que suele afectar sobre todo a personas con la tensión arterial baja.
El excesivo calor también puede provocar debilidad, alteraciones visuales, dolor de cabeza, vómitos o desvanecimiento.
¿Qué hacer ante estos síntomas?
Lo primero es protegerse inmediatamente del calor, hidratarse, descansar y consultar al médico si los síntomas persisten durante más de una hora.
¿Cómo actuar ante un golpe de calor?
En este caso se requiere de una atención médica urgente. Se recomienda llamar al 112, especialmente si hay una pérdida de consciencia.
Es necesario intentar bajar la temperatura corporal de la persona afectada, mientras llegan los servicios de urgencias. Se le debe trasladar lejos del sol, a un sitio fresco y ventilado, aligerarle de ropa y darle de beber, si está consciente; echarle agua fresca y cubrirle con algo húmedo. Si es posible, encender un ventilador o el aire acondicionado.