Con la llegada de la última semana de febrero, la península ibérica se prepara para enfrentar una serie de cambios en su clima. Después de unos días marcados por precipitaciones que han sido las protagonistas de gran parte del territorio, se prevé una semana con importantes variaciones, especialmente en lo relacionado con el viento. A pesar de que las lluvias han sido intensas en muchas zonas de España, el pronóstico sugiere que este fenómeno puede regresar conforme avance la semana.
Este lunes 24 de febrero, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha emitido varios avisos para diferentes regiones del país. La alerta más destacada corresponde a Galicia, donde se han activado avisos de nivel naranja debido a los vientos fuertes y fenómenos costeros adversos. Además, se han establecido avisos amarillos por viento en otras comunidades del norte de España, como Asturias, Cantabria y País Vasco. Este lunes se espera que los vientos afecten especialmente a la zona norte, generando condiciones complicadas para las actividades al aire libre y en el mar.
Lluvias extendiéndose por la península
En cuanto a las precipitaciones, el pronóstico para el martes 25 de febrero indica que las lluvias se expandirán hacia el centro y el este de la Península. Según la AEMET, las lluvias afectarán a una gran parte del territorio peninsular, alcanzando probablemente las Islas Baleares al final del día. Como ya se ha venido observando en los últimos días, en las zonas de montaña de la mitad norte, como la Cordillera Cantábrica, la Ibérica norte y los Pirineos, se espera que las precipitaciones se presenten en forma de nieve. Aunque la cota de nieve se situará por encima de los 1500 metros en gran parte de estas zonas, se espera que se desplome hasta los 900-1200 metros en las zonas más altas. Esto significa que es probable que las nevadas se extiendan a otras zonas de montaña de la mitad norte.
El miércoles 26 de febrero se prevé un cambio de tendencia. El pronóstico apunta a que las lluvias comenzarán a remitir y el tiempo se estabilizará, favorecido por el establecimiento de un anticiclón que traerá cielos más despejados. Sin embargo, esta mejora será temporal. A partir del viernes 28 de febrero, las precipitaciones podrían volver a la Península debido a la llegada de una nueva vaguada desde el Atlántico. Aunque la situación todavía es incierta, la AEMET señala que es recomendable seguir de cerca la evolución meteorológica para confirmar si esta predicción se materializa.
Descenso de las temperaturas y heladas
El mes de febrero ha sido un mes atípico en términos de temperaturas, con valores superiores a lo habitual para la época del año. Este comportamiento anómalo ha sido conocido como una "primavera anticipada", ya que los termómetros han marcado temperaturas muy suaves en comparación con lo que es normal durante el invierno. Para el lunes 24, se espera que las mínimas experimenten un ligero aumento en gran parte del país, especialmente en Galicia y el Cantábrico, mientras que en el área mediterránea y el Ebro las temperaturas mínimas podrían registrar algunos descensos. En las Islas Canarias, no se esperan grandes variaciones.
Sin embargo, el martes 25 se producirá un giro en esta tendencia. Según la AEMET , las temperaturas mínimas descenderán en casi toda la Península y Baleares, siendo el descenso más significativo al final del día. En el tercio noroeste peninsular, el descenso se notará más durante la madrugada, mientras que en el área mediterránea el enfriamiento se hará patente hacia el final del día. Este descenso de las temperaturas puede dar lugar a la formación de heladas en varias zonas del país.
El miércoles 26 de febrero se prevé que las heladas afecten a más zonas, y la intensidad de las mismas aumentará. Las heladas serán más notables en la mitad norte de la Península, así como en el sureste y la meseta norte, donde se podrían producir heladas moderadas en los Pirineos. En algunas áreas, las heladas podrían tener un impacto significativo en la agricultura, afectando cultivos sensibles, mientras que los desplazamientos por carretera también podrían verse complicados, sobre todo en las zonas de montaña.
A medida que avanzan los días, la variabilidad del viento y el regreso de las precipitaciones son los principales factores a tener en cuenta para planificar actividades al aire libre o viajes. La constante monitorización de los avisos meteorológicos será clave para anticiparse a las condiciones adversas.