Desde el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) se ha publicado un “decálogo de ideas para una escuela feminista” entre las que destacan las propuestas de las autoras para redefinir el temario de filosofía con más mujeres, quitar autores machistas o eliminar el futbol de los patios del colegio.

En los 19 puntos del decálogo es muy llamativo el que anima al “profesorado un lenguaje no machista, usando el femenino para hablar o el género neutro con la ‘e’, por ejemplo, `todes’”.

Entrando en asignaturas concretas, encontramos recomendaciones para filosofía, literatura, ciencias e historia del arte, en las que se piden introducir a más mujeres, poniendo varios ejemplos, así como explicar “qué dijeron acerca de las mujeres autores como Rousseau, Kant, Nietzsche, entre otros”.

También en Literatura, piden también que se lean libros por igual de autoras y autores, así como eliminar escritores “machistas” como “Pablo Neruda (Veinte poemas de amor y una canción desesperada), Arturo Pérez Reverte y Javier Marías”.

Nada de futbol y baños comunes

Fuera de las aulas, el texto de CCOO también aboga por “no separar los baños entre hombres y mujeres” para pensar en “los espacios de otras formas”, así como no dar “la heterosexualidad por supuesta”.

En el patio, el sindicato también propone “prohibir” la más que tradicional ‘pachanga’ de futbol y dejar “fuera esos juegos competitivos que monopolizan los espacios y excluyen a quienes no participan en ellos. ¿Por qué pistas de fútbol y no pistas de baile?”

Justificación de CCOO

Desde el Sindicato de Enseñanza de CCOO han salido al paso de las muchas críticas recibidas por el decálogo, explicando que fue publicado en la revista Trabajadores de la Enseñanza “por dos autoras que no ostentan cargo alguno” en el sindicato.

Del mismo modo, aseguran que “Comisiones Obreras no comparte necesariamente todos los puntos de vista de las y los investigadores que publican sus investigaciones o artículos de opinión en nuestra revista, pero tampoco practica la censura”.

Las autoras, la investigadora Yera Moreno y la profesora de la Complutense Melani Penna, justifican su decálogo en la propuesta de que la escuela debería ser “un espacio para la revolución social, para la transformación y la subversión, para cuestionar y cuestionarnos, para preguntarnos por qué las cosas son de ciertas formas y cómo podrían ser distintas”.