En abril de 2009 empezaba con estas preguntas un artículo en el que criticaba el sectarismo del Partido Popular al impedir el consenso con los partidos políticos que gobernaban la ciudad de Sevilla para la denominación de una de sus calles. La justificación del voto en contra fue defendido por el concejal del PP, Vicente Flores, que manifestó en aquellas fechas que “la actriz no tiene méritos artísticos suficientes” para ello. Pareciera que Marujita Díaz fuera la quintaesencia y personificación del arte para los ediles populares, puesto que a ella sí que le otorgaron su beneplácito para que su nombre ennobleciese una de las calles de la turística ciudad malagueña.
Con un simple vistazo a Wikipedia el concejal popular bético -y digo bético aludiendo a la Bética, la antigua provincia romana que se corresponde con la actual Andalucía, no vaya a ser que este personaje que va dando certificados de arte y cultura a diestro, que no a siniestro, me salga con que él es seguidor del Sevilla de toda la vida- digo que una consultita a la enciclopedia digital le hubiera servido para informarse de los méritos artísticos de Pilar Bardem. Allí se cita su participación en, al menos, 80 películas y más de 40 obras de teatro con directores tan prestigiosos como Fernando Fernán Gómez, Julio Medem, Rafael Gil, Gonzalo Suárez, Mario Camús o Pedro Almodovar, amén de su intervención en infinidad de series televisivas, y se detallan los reconocimientos con los que ha sido prestigiada, entre otros muchos, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio de Honor del V Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, la Espiga de Plata a la mejor actriz en el 2004 o el premio “Goya” a la mejor actriz de reparto en 1995.
De todas formas, muy a su pesar -el de los ediles populares-, la denominación de la calle salió adelante con los votos de los concejales socialistas y de IU. Pero ¡hete aquí! que hace unos meses los sevillanos le dieron su confianza a la derechona representada por el PP y el nuevo equipo gobernante está ejerciendo el poder con la idiosincrasia, que adquirida durante siglos de dominación, está grabada de forma indeleble en su configuración genética.
Así que los ediles con mando en el municipio sevillano, que pertenecen a una formación política que se ha negado en la mayoría de las ocasiones a quitar los símbolos de la dictadura de los lugares públicos y a cambiar nombres de calles dedicadas a asesinos franquistas, no han dudado en eliminar del callejero sevillano el de Pilar Bardem, y ello a pesar de que su respeto por las denominaciones y alegorías fascistas que adornaban nuestras ciudades era, según decían hasta el hartazgo, por no reabrir heridas cicatrizadas y porque no era una demanda social. Parece ser que hoy los sevillanos tienen entre sus máximas prioridades cambiar los nombres de sus calles y que las heridas aún no cicatrizadas sí pueden ser abiertas para mantenerlas siempre supurando odio y rencor.
Aunque, para tranquilidad de algunos, esta calle no se va a rebautizar con el nombre de la musa popular Marujita Díaz. A partir de ahora, y dado que al parecer de los capillitas de la derechona, la capital andaluza no ha rendido el debido tributo a la virgen madre de Jesús, se llamará Nuestra Señora de las Mercedes. La implantación de un renovado nacionalcatolicismo nos acecha tras los resultados de las elecciones de esta Comunidad que otorgará, a buen seguro, el casi pleno poder territorial al Partido Popular.
El otro día comenté que me había comprado unos guantes especiales para aguantar el frío en Groenlandia hoy me he hecho con una gorra con orejeras. Cuando tenga el equipo completo compraré los billetes de ida en una línea aérea de acreditada solvencia para no quedarme en tierra.
Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas
Con un simple vistazo a Wikipedia el concejal popular bético -y digo bético aludiendo a la Bética, la antigua provincia romana que se corresponde con la actual Andalucía, no vaya a ser que este personaje que va dando certificados de arte y cultura a diestro, que no a siniestro, me salga con que él es seguidor del Sevilla de toda la vida- digo que una consultita a la enciclopedia digital le hubiera servido para informarse de los méritos artísticos de Pilar Bardem. Allí se cita su participación en, al menos, 80 películas y más de 40 obras de teatro con directores tan prestigiosos como Fernando Fernán Gómez, Julio Medem, Rafael Gil, Gonzalo Suárez, Mario Camús o Pedro Almodovar, amén de su intervención en infinidad de series televisivas, y se detallan los reconocimientos con los que ha sido prestigiada, entre otros muchos, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio de Honor del V Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, la Espiga de Plata a la mejor actriz en el 2004 o el premio “Goya” a la mejor actriz de reparto en 1995.
De todas formas, muy a su pesar -el de los ediles populares-, la denominación de la calle salió adelante con los votos de los concejales socialistas y de IU. Pero ¡hete aquí! que hace unos meses los sevillanos le dieron su confianza a la derechona representada por el PP y el nuevo equipo gobernante está ejerciendo el poder con la idiosincrasia, que adquirida durante siglos de dominación, está grabada de forma indeleble en su configuración genética.
Así que los ediles con mando en el municipio sevillano, que pertenecen a una formación política que se ha negado en la mayoría de las ocasiones a quitar los símbolos de la dictadura de los lugares públicos y a cambiar nombres de calles dedicadas a asesinos franquistas, no han dudado en eliminar del callejero sevillano el de Pilar Bardem, y ello a pesar de que su respeto por las denominaciones y alegorías fascistas que adornaban nuestras ciudades era, según decían hasta el hartazgo, por no reabrir heridas cicatrizadas y porque no era una demanda social. Parece ser que hoy los sevillanos tienen entre sus máximas prioridades cambiar los nombres de sus calles y que las heridas aún no cicatrizadas sí pueden ser abiertas para mantenerlas siempre supurando odio y rencor.
Aunque, para tranquilidad de algunos, esta calle no se va a rebautizar con el nombre de la musa popular Marujita Díaz. A partir de ahora, y dado que al parecer de los capillitas de la derechona, la capital andaluza no ha rendido el debido tributo a la virgen madre de Jesús, se llamará Nuestra Señora de las Mercedes. La implantación de un renovado nacionalcatolicismo nos acecha tras los resultados de las elecciones de esta Comunidad que otorgará, a buen seguro, el casi pleno poder territorial al Partido Popular.
El otro día comenté que me había comprado unos guantes especiales para aguantar el frío en Groenlandia hoy me he hecho con una gorra con orejeras. Cuando tenga el equipo completo compraré los billetes de ida en una línea aérea de acreditada solvencia para no quedarme en tierra.
Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas