Juan Carlos I ha llegado este jueves al puerto deportivo de Sanxenxo (Pontevedra) para navegar de nuevo a bordo del Bribón, la embarcación con la que se prevé que participe este fin de semana en la Copa del Rey de Vela que se celebra en el municipio pontevedrés.

Poco antes de las 11,30 horas, el que fuera monarca y jefe del Estado entraba directamente al puerto deportivo, sin parar en el club náutico y sin hacer declaraciones a la prensa, a la que ha saludado desde el asiento del copiloto.

Tras bajar las escaleras del espigón con dificultad, apoyado en su bastón y con la ayuda de sus acompañantes, ha saludado a la tripulación. Finalmente se ha subido al Bribón, con lo que despejaba la duda de si navegaría a bordo de la mítica embarcación o lo haría en una auxiliar. Dos minutos antes de las 12:00 horas, el Bribón ha soltado amarras y se ha echado a la mar.

Estos 'entrenamientos' en los que está previsto que participe el rey emérito son la antesala de las pruebas que desarrollarán este fin de semana en Sanxenxo, para las que también se cuenta con la asistencia de Don Juan Carlos.

El ex monarca aterrizaba este miércoles en Vigo, siendo esta su segunda visita a España desde que abandonara el país en 2020 y estableciese su residencia en Abu Dabi.

Como ocurrió en 2022, esta visita también está rodeada de una gran expectación mediática y, aunque por el momento en menor medida, también de atención por parte de vecinos y turistas. Algunos de ellos, apoyados en la barandilla del espigón han aplaudido y proferido ánimos y vivas (Viva España y Viva el Rey) al monarca, que ha correspondido al gesto saludando con la mano.

Visita discreta

Pese a todo, la actitud de Juan Carlos I está siendo mucho más comedida y discreta que la que realizó hace un año. A pesar de que la localidad tiene a numerosos miembros del equipo de seguridad de Zarzuela dado que el rey emérito sigue formando parte de la Casa Real. Aunque sigue sin tener actividades institucionales y sin asignación por ellas, Juan Carlos de Borbón mantiene el estátus de pertenecer a la Casa Real a pesar de sus actividades opacas.

Con un hermetismo casi sin precedentes, soltando la información a cuentagotas y cambiando de versiones y agenda cada pocas horas, Juan Carlos I aterrizaba de nuevo en Sansenxo este miércoles por la mañana. Volvía después de once meses tras una semana de expectación y acaparar la agenda mediática. Tal ha sido el hermetismo respecto a su visita que la llegada de su amigo Pedro Campos con su todoterrero sorprendía puesto que hasta hace pocos días, aseguraba a sus amigos más cercanos que no lo recibiría en el aeropuerto. Sin embargo, la decisión se reconducía antes del aterrizaje del vuelo y Pedro Campos acudía a por su amigo.

De nuevo, esas primeras imágenes de Juan Carlos en Galicia protagonizaban una situación completamente distinta a la que presenciábamos en mayo de 2022. Entonces se daba un baño de multitudes, recibiendo el cariño de la gente y con un enorme séquito que le fue a recoger, entre los que se encontraba la infanta Elena. Este miércoles, a la legada de la casa de Pedro Campos tan solo era recibido por un grupo de periodistas, más amplio que el que se encontraba en el Club Náutico. Sin embargo, al expectación que acapara el emérito es notablemente más baja ya que el grupo era más reducido que el que le esperaba entonces.

Todo el hermetismo que rodea la visita de Juan Carlos I corresponde al expreso deseo de la Casa Real para que esta nueva visita no generara el mismo revuelo y daño que la del año pasado. De esta forma, se ahorra un quebradero de cabeza a Felipe VI al no poder captarse imágenes incómoda. El círculo más íntimo del Rey emérito ha querido respetar y mostrar la discreción solicitada. Desde Pedro Campos hasta el alcalde de Sanxenxo, que hasta horas antes de la llegada de su amigo decía no tener constancia de nada. En Zarzuela también se aplica la misma medida. Nadie confirmaba nada y si contestaban a algún periodista se indicaba que se trata de un viaje privado, por lo que se evitan dar información oficial y restringen todavía más acercarse a los movimientos que va a realizar Juan Carlos I en su segunda visita a España tras trasladarse a Abu Dhabi por sus constantes irregularidades fiscales.