Yolanda Díaz quiere ser presidenta del Gobierno y este domingo ha dado un paso para desligarse de Unidas Podemos presentando su proyecto Sumar. "Hoy voy a dar un paso adelante, quiero ser la primera presidenta de España. Porque es el tiempo de las mujeres, porque las mujeres queremos ser las protagonistas de la historia”, ha exclamado ante las 5.000 personas que han seguido el acto. Tiene buena imagen y su validez es contrastada. Tiene apoyo social y en el mundo de la cultura. También el público joven la ve con buenos ojos. Sin duda, es el momento de Yolanda Díaz,. la gallega del PCE que aspira a ser la primera mujer en presidir España.
Yolanda nació en 1971 en la localidad coruñesa de Fene (Galicia) en el seno de una familia marcada por la política, ya que su padre es el histórico dirigente de CCOO en Galicia Suso Díaz. Su tío, Xosé Díaz, también se dedicó a la política. Fue miembro del Partido Comunista de Galicia y diputado en el Parlamento gallego por el Bloque Nacionalista Galego entre 1997 y 2005. La ministra de Trabajo es licenciada en Derecho y tiene formación de postgrado en Recursos Humanos, Relaciones Laborales y en Urbanismo. Ejerció como abogada laboralista en varios despachos hasta que formó el suyo propio en Ferrol.
Su salto a la política parecía un camino marcado dada su educación. Y vino de la mano de Esquerda Unida, formación de la que llegó a ser coordinadora en su comunidad autónoma. En 2007 fue elegida edil en el Ayuntamiento de Ferrol, donde formó Gobierno de coalición con el PSOE y ejerció como teniente de alcalde.
El el ámbito regional, en 2005 y 2009 fue candidata a la presidencia de la Xunta, pero sin éxito, ya que la formación no logró representación en el Parlamento gallego. Sí lo hizo en 2012, cuando Díaz encabezó una candidatura amplia de fuerzas de izquierda (con Anova y Equo) bajo la marca Alternativa Galega de Esquerda (AGE). Ese año, Pablo Iglesias fue uno de sus asesores. Ambos forjaron una buena amistad que ha acabado por romperse tras exigir Díaz independencia y formar su propio movimiento político. En el Parlamento Gallego hizo labor de oposición al actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con quien ahora volverá a enfrentarse en Madrid.
Tres años después, la vicepresidenta del Gobierno, pasó a la política nacional y fue elegida diputada por la circunscripción de Galicia bajo la coalición En Marea, que integró a Anova, Podemos e IU. Díaz asumió un rol de liderazgo en aspectos ligados con la economía y la industria. Poco a poco, fue ocupando un puesto en el círculo de Pablo Iglesias y jugó un papel importante en el acuerdo con el PSOE para formar Gobierno y que ella estuviera en él. De hecho, fue Iglesias quien la propuso como ministra de Trabajo y Economía Social, por la cuota de Unidas Podemos, al presidente Pedro Sánchez, una de las carteras más significativas del socio minoritario del Ejecutivo, cargo al que accedió en enero de 2020. Tras la dimisión de Iglesias, él mismo la designó para que ocupara su puesto, aunque con posterioridad acabó afirmando que se equivocó nombrándola a dedo sin realizar primarias.
Reconocida por su papel en la pandemia con el éxito de los ERTE, la regulación del teletrabajo y las subidas del Salario Mínimo Interprofesional, Yolanda Díaz vivió sus peores momentos el día de la votación de la reforma laboral. La norma, que ERC se negó a votar convencida de que los números daba, se salvó por un patoso Alberto Casero, quien se confundió en la votación. De no haberse producido ese error, quizás Díaz habría dimitido, tal y como llegó a reconocer a Jordi Évole cuando fue entrevistada por éste.
Sumar
Con este nuevo proyecto, Díaz ha dejado claro su intención de conformar un movimiento ciudadano que reagrupe a los distintos partidos a la izquierda del PSOE, de forma similar a la estrategia que siguió en Galicia y manteniendo su perfil dialogante.
También en este tiempo y desde su puesto de vicepresidenta ha elevado sus relaciones internacionales, manteniendo encuentros con mandatarios iberoamericanos como Gustavo Petro (Colombia), Lula da Silva (Brasil) o Gabriel Boric (Chile).
Ahora desplegará un proceso de negociación con los distintos sectores progresistas para abanderar una nueva candidatura, bajo el paragüas de Sumar, para aspirar a relanzar el apoyo social y ciudadano que tuvo el espacio con la irrupción de Podemos. Sus éxitos como parte del Ejecutivo, eso sí, ya la han convertido en una de las figuras más importantes del mismo, unas mieles de las que nunca disfrutó en su tierra natal.