Este viernes, y para cerrar su campaña, VOX volvió a la madrileña Plaza de Colón, un auténtico símbolo para este partido. Se llenó, más de 20.000 personas según la organización. No fue como el pasado 10 de febrero, cuando sus dirigentes estuvieron acompañados de los del PP y Ciudadanos. La reconquistó. Allí se ondearon banderas españolas y de la formación de extrema derecha. Sólo hubo foto de VOX.

Antes de que llegaran Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio; hubo música y animación. No faltó Y viva España de Manolo Escobar. Tampoco el Novio de la Muerte. Cuando mencionaban desde megafonía a medios como La Sexta, los presentes abucheaban. Sin embargo, a otros medios como OkDiario los vitoreaban. Era citar a los líderes de VOX y se escuchaban los aplausos. Tres activistas de Femen intentaron boicotear el mitin. Fueron desalojadas por la Policía. En el cuerpo de una de ellas, que llegó al escenario, se podía leer No es patriotismo, es fascismo.

El público de Vox en el cierre de campaña del partido ultraderechista

"Aunque le duela a la alcaldesa [de Madrid], un aplauso a las víctimas del terrorismo", se dijo después desde megafonía. Del mismo modo, se destacó que era "un día histórico" y que "a partir de hoy cambia todo". Los "Viva España" inundaban la plaza. Un señor, camuflado entre la multitud, portaba una bandera con el Águila de San Juan a modo de capa. Al intentar hacerle una foto, un compañero lo evitó tapándole otra, pero sin águila. Reclamaron que mejor se buscaran banderas republicanas.

"Yo soy español, español", se gritó. Se remarcaba que "el único partido que garantiza no negociar con separatistas es VOX". Comenzó su intervención Espinosa de los Monteros. "Me encanta el pánico progre por las mañanas. Con cada desprecio, nos han hecho más fuertes. Se acabó la hegemonía cultural de los progres este domingo", vaticinó. Se vino arriba. "La papeleta a VOX es multizasca, a Pedro [Sánchez] y Pablo [Casado o Iglesias], a la derechita veleta y a la derechita cobarde", manifestó. Las líneas de los móviles se saturaron. Era imposible mandar una foto por WhatsApp con normalidad.

Hermann Terscht en el cierre de campaña de Vox en Colón

Lo primero que hizo Monasterio fue elogiar al Rey. "Han usado la violencia contra nosotros los que nos han llamado fascistas", expresó. Al citar a Pablo Iglesias como "marqués de Galapagar", los presentes silbaron con intensidad. Añadió que "a la dictadura progre le quedan menos de 48 horas". Fue interrumpida con el cántico de "Puigdemont a prisión". Más silbidos cuando criticó a las "feministas radicales". El público se entregó a sus proclamas. "Que los que vengan a nuestro país respeten nuestros valores y nuestras reglas", reclamó. La llamaron "presidenta, presidenta".

Ortega Smith dio la bienvenida a "la resistencia de España". Aseveró que VOX "no defraudará". Hizo hincapié en su compromiso de lealtad, "todo por España". Se lanzaron globos verdes y blancos al aire cuando Abascal salió al escenario. Dio al público los mensajes que se querían escuchar, desenterrando el "antiEspaña" para descalificar a la izquierda.

Acólitos de Vox con una pancarta: "Con los rojos, hambre y piojos", reza

"VOX defiende la unidad nacional". "España unida jamás será vencida". "Nuestra patria e historia merece orgullo". "No pediremos perdón". "España es una gran nación". "La unidad de España no se discute ni se negocia. Se defiende con todas las consecuencias". "El Estado de las autonomías ha fracasado". "No vamos a adaptar nuestra manera de vivir al que viene de fuera". "La formación moral de nuestros hijos es nuestra competencia". "Los españoles tenemos los mejores ejemplos. Siete siglos de reconquista. La hispanidad es nuestra mayor fuerza". "Rendirse no es algo que esté en el ADN español". Los periodistas Hermann Tertsch y Carlos Cuesta estaban allí. Como colofón, como no podía ser de otra manera, el himno de España y fuegos artificiales.

Y todos para casa. Una mujer mayor exclamó que Abascal es "un tío grande". Un grupo de personas se hacía una foto con un cartel que ponía "con los rojos, hambre y piojos". Mientras tanto, un hombre avisaba a todos los de su alrededor que "cuidado con las papeletas" para no votar a otro partido que no sea VOX. Se dieron muchas críticas a los "podemitas". Una señora le recordaba a su hija que "los rojos mataron a tu abuela". El auge de la extrema derecha marcó de esta manera el cierre de la campaña electoral.