Este miércoles, Santiago Abascal acusó directamente al Gobierno de España de tener entre sus filas a “aliados de Putin”. Basándose en la negativa de algunos miembros de Unidas Podemos para enviar armamento a Ucrania, el líder de Vox les señaló como "cómplices directos" de la agresión de Rusia: "Son los aliados internacionales de Putin y a través de sus partidos o las organizaciones internacionales de las que forman parte se dedican a entorpecer la respuesta que el mundo debe dar a Putin", exclamó Abascal en el Congreso de los Diputados.

A lo largo de la semana hemos sido testigos de una pelea infantil entre extremos sobre quién es amigo o no de Putin. Basándonos en la identidad política de ambas ideologías, podemos deducir que el mandatario ruso ha seducido tanto a la izquierda como a la derecha con sus políticas. Unos, por defender las ideas tradicionalistas, nacionalistas y su visión sobre movimientos como el feminismo o el colectivo lgtbi; otros, por atisbar en Putin a un rival del imperialismo americano y un combatiente más en la batalla cultural contra el establishment yankee, ser defensor de la nostalgia soviética y por ocupar una posición tanto política como mediática en la defensa de los movimientos revolucionarios de Latinoamérica. No podemos olvidar tampoco la marcada línea editorial de Rusia Today en los países hispanoamericanos y su defensa férrea del populismo de izquierdas.

Putin es amigo de los amigos de Vox y Podemos. Es un hecho. Matteo Salvini, Nicolás Maduro, Marine Le Pen, Alberto Fernández, Viktor Orban, Hugo Chávez. Tanto las filas de la extrema derecha y de la extrema izquierda está plagada de tontos útiles que han servido para legitimar las ansias imperialistas de Vladímir Vladímirovich Putin. Es obvio.

“Si quieres paz, prepárate para la guerra"

Centrándonos en el papel de Santiago Abascal y Vox, debemos empezar contando cómo él mismo ha sido quien ha confesado cierta predilección por Putin. En un tuit borrado por Abascal, éste hizo suyas unas palabras que el presidente ruso emitió tras conocer un ataque yihadista a un avión ruso en Egipto en el que murieron 224 personas: "Os iremos a buscar al fin del mundo y allí os mataremos", señaló. El propio Abascal le parafraseó y añadió: "Si quieres paz, prepárate para la guerra". Queda claro que a Vox le seduce la mano dura del este, al menos en su lucha contra el terrorismo islámico.

Desde que el conflicto ucraniano comenzó, Vox ha dado una orden clara: posicionarse contra Putin. Pero lo hicieron tarde. Los líderes del partido en Ceuta, Juan Sergio Redondo y Carlos Verdejo, dejaron clara su posición en la invasión. Y tiempo atrás, también.

Empecemos con Juan Sergio Redondo. El pasado 19 de enero justificó la posición de conquista de Rusia: “Putin solo pide respeto para sus fronteras. Algo que ni EEUU, ni la UE, ni la OTAN están haciendo. Ya está bien de provocar y después intentar aparecer como víctimas”. Ese mismo día apeló al origen histórico de la identidad Rusia: “Ucrania jamás ha sido independiente de nada. Solo ha estado disociada de Rusia durante las ocupaciones militares de la primera y segunda guerra mundial. El origen de Rusia es precisamente el Rus de Kiev. No es imperialismo, es cuestión de historia”.

El 19 de abril de 2021, alabó el papel ruso en Siria: “Gran servicio está haciendo Rusia a la seguridad internacional en Siria cazando y persiguiendo hasta el último rincón del país a la banda de yihadistas que asola oriente medio”, destacó. Dos años antes también defendió el papel ruso en defensa de Ceuta, su tierra, contra los intereses de Marruecos y Reino Unido: “Si temen por la cercanía de los barcos rusos en Ceuta, siempre pueden devolver el Peñón y volverse a la Gran Bretaña”.

Por su parte, Carlos Verdejo también ha sido un adulador confeso de Putin. El 11 de agosto de 2020 dijo: “Lo que les faltaba a los progres es que la nación de Putin salvase millones de vidas en el mundo. Todo mi respeto y admiración hacia Rusia. Hay esperanza”.

Ahora tratan de eliminar el pasado borrando la historia, pero eso es imposible. Por cierto, algo muy Putiniano. Hay memoria y rastro. Y es lógica la defensa de Putin por parte de los miembros de Vox. Sin embargo, no se entiende que un partido que se autodefine como valiente esconda su admiración por la figura del mandatario ruso. Comparten visión ideológica en muchos aspectos. Quien conozca Vox, lo sabe.

Feminismo

La Rusia de Putin se ha posicionado contra el feminismo moderno en repetidas ocasiones. Podemos recordar unas declaraciones de Vladislav Surkov, uno de los asesores más influyentes del presidente ruso, emitidas en febrero de 2018: “En Occidente, la democracia matriarcal está sustituyendo a la liberal. El feminismo está saliendo de las sectas radicales y llegando a las grandes masas”. Según él, “en Occidente las mujeres toman el poder...en los países más influyentes están llegando a jefes de Estado, ministras o alcaldesas, y cada vez hay más mujeres que mandan”. Y recordó el papel de Hollywood contra la figura del hombre ya que “son presentados como salvajes y limitados y su energía estúpida es dirigida sabiamente por mujeres seguras de sí mismas, mujeres maduras que dirigen departamentos de policía o fuerzas especiales”. Surkov añadió que “el fortalecimiento de la influencia de las mujeres no es la causa, sino la manifestación de la decadencia”.

Putin también ha dejado caer en ocasiones la posición innata de debilidad de las mujeres. “Yo no soy mujer, así que no tengo días malos. No pretendo insultar a nadie; es solo la naturaleza de las cosas. Hay ciertos ciclos naturales”, exhortó al director Oliver Stone en The Putin Interviews, el documental que exhibe las entrevistas que el director estadounidense le hizo al presidente ruso entre 2015 y 2017. En otra ocasión, el propio Putin calificó a las prostitutas rusas como “las mejores del mundo”, justificando así una práctica sexual que esclaviza a las mujeres.

Nadya Tolokonnikova, miembro del colectivo feminista Pussy Riot, definió así la situación del feminismo en Rusia en una entrevista para El Mundo publicada en noviembre de 2017: “No podemos denunciar porque la policía no nos cree. Solo se investigan los asesinatos. Hace poco se ha hecho público un caso: una mujer llamó a la policía, le respondió una oficial mujer que le dijo: 'Te quejas de que tu novio te está golpeando... pero yo creo que todo va a ir bien, ya verás cómo hacéis las paces, adiós'. La mujer fue asesinada media hora después y solo en este caso las autoridades iniciaron una investigación. Porque había una grabación''. Hace referencia al hecho de que Rusia rechazó crear una ley contra la violencia de género que establece que, si un golpe no necesita hospitalización, no hay delito. La Ley de la bofetada impera en Rusia a pesar de que una de cada tres mujeres del país sufre abusos por sus parejas a lo largo de su vida

Repasemos ahora algunos hechos relacionados entre Vox y el feminismo. “El feminismo es cáncer”, dijo la diputada de Vox en la Asamblea de Madrid Alicia Rubio, citando a Milo Yiannopoulos, un agitador ultraderechista declarado exgay. Ante el 8M, Vox define que el feminismo “adoctrina en las escuelas”, "genera desigualdad ante la ley", "utiliza recursos públicos para imponer su agenda" y "convierte las calles en campos de batalla". El portavoz del Comité de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, llegó a calificar al feminsimo como “violencia”. Vox es un partido que niega la violencia de género y es recurrente su desmarque en actos de condena a asesinatos machistas.  Asimismo, Rocío de Meer aseguró que “las feministas no son mujeres” y y que “las madres de Vox, las militantes de Vox, las profesionales de Vox, las votantes de Vox no son ni machistas ni feministas, son mujeres”. De hecho, Vox aboga por sustituir la Ley de violencia de género por una de violencia intrafamiliar. 

Colectivos LGTBI

Otra de las armas ideológicas de la Rusia de Putin es su posicionamiento contra los colectivos LGTBI. Han sido habituales las detenciones a activistas y en 2011 se aprobó una ley contra la propaganda homosexual dirigida a los menores de edad. Una norma que prohíbe las actividades públicas de los colectivos minoritarios. Por supuesto, tampoco existe legislación sobre las uniones entre personas del mismo sexo. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto recientemente que esta posición viola los derechos humanos y pidieron a las autoridades rusas que “pongan fin inmediatamente a todas las formas de discriminación de las personas LGBTI, deroguen la ley homófoba sobre ‘propaganda de relaciones sexuales no tradicionales’ y tomen todas las medidas para proteger plenamente a las personas LGBTI y sus derechos humanos, incluido el derecho a formar una familia”. Putin también se ha referido a esto: “Mientras yo sea presidente, esto no va a ocurrir. Seguirá habiendo 'papá' y 'mamá”.

Las opiniones de Vox en torno a este tema no difieren mucho de la visión rusa. Todos recordamos las palabras de Espinosa de los Monteros sobre la evolución de tolerancia en España: “El problema es que en España hemos pasado de un extremo a otro. De pegar palizas a los homosexuales a que ahora esos colectivos impongan su ley”. Juan Ernesto Pflüger, responsable de comunicación nacional del partido, se preguntó “por qué los gays celebran tanto el día de San Valentín, si lo suyo no es amor, es sólo vicio”. Gádor Joya afirmó que si su hijo “fuera gay prefería no tener nietos”. Abascal también concuerda con la visión de Putin sobre el matrimonio: “Es la unión entre un hombre y una mujer”.

Nacionalismo

Si una ideología define a Putin es su ultranacionalismo. No tiene problemas en reivindicar la grandeza zarista ni la soviética. Una de sus primeras medidas fue la de recuperar el himno soviético, el águila zarista, estatalizó varias empresas estratégicas y firmó una ley federal para devolver la bandera de la hoz y el martillo al Ejército. De hecho, el regimiento presidencial del Kremlin jura lealtad a esa bandera desde que él es presidente. Además, definió la caída de la URSS “como la mayor desgracia geopolítica del siglo XX”.

La invasión de Ucrania confirma el ansia imperialista de Putin. Tras el fin de la era bolchevique, Rusia perdió seis millones de kilómetros cuadrados de territorio. Y quiere recuperarlos. El politólogo Arkadi Dubnov le define como “restaurador del imperio hundido” y asegura que se ve a sí mismo como “el zar de Rusia”. “Putin se ve como el heredero de la gran historia rusa, los grandes imperios ruso y soviético. Pero ha perdido el estatus de emperador, y por eso el dominio ruso y la vertical del poder que ha instaurado son tan importantes para él”, remata en El País.

En el primer acto multitudinario, celebrado en Vistalegre en el pasado 7 de octubre de 2018, Vox hizo gala de su clara vocación nacionalista. El acto comenzó con un vídeo-homenaje en defensa del Ejército, bajo las notas del himno de La Legión, 'El novio de la muerte'. ¿La reacción del público? Orgullo y pasión. Vox tiene una capacidad envidiable muy similar a la de Putin. Ambos son capaces de remover los insitintos pasionales de su electorado. En su intervención, Javier Ortega Smith centró su discurso ponderando la batalla de Lepanto, la cual derivó en una victoria española frente a Turquía. Esos soldados, “sus antecesores”, como señaló, salvaron “la identidad occidental frente a la barbarie”. Sobre el 12 de octubre, es común ver a Vox ponderando la historia imperial española: “España tiene mucho que celebrar y nada de que arrepentirse”

Tanto Vox como Putin utilizan el juego de los sentimientos patriotas del pueblo para evocar sus instintos más nostálgicos. Es un juego lógico y efectivo en los populismos. Y tanto Rusia como España tienen un pasado plagado de motivos para el orgullo histórico nacional. 

Defensa del cristianismo

Vladimir Putin ha defendido que la adopción del cristianismo es uno de los orígenes de la nación rusa. Así lo hizo durante el 1030 aniversario de la decisión del príncipe Vladimiro, líder de la Rus de Kiev, quien adoptó el cristianismo como religión oficial.

Según Putin, aquel fue “el punto de partida de la formación y desarrollo del estado ruso, el verdadero nacimiento espiritual de nuestros antepasados y la determinación de su identidad. La identidad, el florecimiento de la cultura nacional y la educación”. Putin es consciente de que la Iglesia Ortodoxa es otro componente esencial en la historia imperial

Vox también considera al cristianismo como un aspecto inherente en la tradición española. Un estudio realizado por la asociación católica Enraizados coloca a Vox como el partido que mejor representa los valores católicos y obtiene una puntuación total de 60 sobre un máximo de 96 debido a su posición en luchas como el "aborto, eutanasia, vientres de alquiler y ayuda a la mujer embarazada; matrimonio y leyes de género, familia numerosa, renta familiar, trabajo en casa; educación diferenciada; educación de iniciativa social, cheque escolar, adoctrinamiento y libertad de lengua". Tampoco podemos olvidar la relación entre Vox y El Yunque, secta ultracatólica relacionada con la formación de Abascal. “Santiago Abascal no controla a su partido. Mejor dicho, en Vox está la parte meapilas, carca, yunquera, ultracatólica y sectaria. Es decir, los Ceaucescu y compañía (en referencia a Rocío Monasterio y su marido, Iván Espinosa de los Monteros), que se han hecho con las riendas del partido y Abascal, debería echarles a la calle. En un partido o mandas o te mandan. Es así”, exclamó Federico Jiménez Losantos en relación a El Yunque.

En el mes de marzo, Santiago Abascal llevó el cristianismo al Congreso de los Diputados. Durante el debate parlamentario para alargar el estado de alarma celebrado entre el miércoles 25 y la madrugada del jueves 26, señaló: “Aprovechemos las lecciones de esta crisis tenebrosa para convertirnos en un país avanzado científica y tecnológicamente y que brillen en España, con la ayuda de Dios, la confianza en nosotros mismos, la ciencia y la investigación”.

Y debemos destacar que Vox aboga por trasladar el Día de Andalucía al 2 de enero coincidiendo con la culminación de la Reconquista. Es decir, la victoria del cristianismo frente al islam. 

Financiación de la extrema derecha europea

El historiador Steven Forti, en su obra Extrema Derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla, hace un repaso al comportamiento de los nuevos proyectos extremistas y cómo están proliferando en las democracias. En una entrevista con Gonzo en Salvados, el experto aseguró que CitizenGo, la sucursal global de Hazte Oír, está financiada por la oligarquía rusa a través de Alexey Komov: “Es la mano derecha de un importante oligarca ruso muy cercano al Kremlin, Kostantín Maloféyev, integrista ortodoxo con posiciones ultraconservadoras”. El historiador añadió que Rusia ha financiado a grupos ultraderechistas europeos como el Frente Nacional de Francia, el Partido de la Libertad en Austria, Alternativa para Alemania o al partido de Salvini en Italia y no descartó que financiara a Vox “indirectamente a través de Hazte Oír”. “En 2013 Arsuaga escribió un email a Maloféyev en el que le pedía una financiación de 100.000 euros para su organización”.

Tanto la visión de Putin como la de Vox confluyen en muchos aspectos. Hay que reconocer que Vox no legitima la invasión de Ucrania ni la muerte de los miles de inocentes que perecen en el territorio. Sin embargo, es imposible no relacionar ambas posiciones. Por eso, ver cómo unos y otros se echan a la cara quién es más de Putin evidencia un punto de cobardía y del aspecto más vil del gobernante: tratar de estúpidos a la población.